¿Cuándo se debe notificar RAMS?

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  Para el caso de profesionales de salud e instituciones prestadoras de servicios de salud pública y privada Para las reacciones adversas “no serias” se debe notificar en un máximo de 10 días hábiles a partir de la fecha en que se identificó el evento adverso. Para las reacciones adversas serias (graves) o amenaza de vida, inesperados, medicamentos de reciente comercialización y medicamentos de reciente incorporación a los listados institucionales se debe notificar en un máximo de 72 horas a partir de la fecha en que se identificó el evento adverso. Para los casos de “muerte” (incluye aquellos por causas no especificadas), se debe notificar en un máximo de 24 horas a partir de la fecha en que se identificó el evento adverso.  

Infecciones que afectan el dia a día de las mujeres


Rosa cuenta tres décadas y media sobre sus hombros y recién descubrió que muy poco sabe del aseo genital que debe procurar. Por años se limitó al baño diario, al pudor que exige el ciclo menstrual y a evitar los riesgos sexuales.
Lo que si conoce muy bien es de esas incomodidades que alteran la tranquilidad femenina en el día a día, como la humedad, picazón, dolor menstrual, ardor y algunas veces mal olor. Si bien son incomodidades esporádicas, no dejan de afectar la autoestima, la relación de pareja y el temor a enfermedades graves.
Y no está tan equivocada. Son muy, pero muy pocas las mujeres que saben que todos los días están expuestas a una diversidad de infecciones por malos hábitos de limpieza o desinformación. Empezando por el uso de ropa interior adecuada y los jabones indicados para el aseo genital hasta el saber por qué su ciclo femenino es irregular.
"Lo primero. No todas las infecciones vaginales son hongos", aclara contundente la ginecóloga, obstetra y cirujana del Hospital de Diagnóstico Dra. Elisa Menjívar de Aróstegui. Y "el primer factor que las desencadena es la mala higiene", añade.
La profesional está consciente de que la desinformación y la falta de educación sexual básica es otro de los factores que afecta la salud reproductiva.
Por ejemplo, es sumamente común que las niñas ignoren que la forma correcta de utilizar el papel higiénico después de orinar o defecar es limpiando de adelante para atrás. De lo contrario, se arrastran las bacterias rectales hacia la zona vaginal y la vulva, y esto puede desencadenar una infección provocada, generalmente por escherichia coli. Y qué es la ¿escherichia coli?
En nota publicada por el , la Dra. Antonia Andreu, jefe del Servicio de Microbiología del Hospital Valle de Hebrón de Barcelona, y la Dra. Rosa Bartolomé, del Laboratorio de Referencia para las Toxoinfecciones Alimentarias de la Generalitat de Cataluña, la definen como una bacteria con diversas variantes que "normalmente vive en el intestino del hombre y de los animales y no suele causar ningún tipo de problema, es más, es necesaria para el funcionamiento correcto del proceso digestivo".
"Es normal que esté presente en las heces, pero no en la vagina ni en la uretra", explica la Dra. de Aróstegui.
También es importante evitar que la ropa interior se humedezca, porque esto es mecha para atraer bacterias presentes en el ambiente. Por ello, debe tenerse sumo cuidado con las bebés y las niñas.
Importante es saber que las infecciones vaginales nunca se adquieren en sanitarios públicos o piscinas. En todo caso, lo que se puede adquirir son padecimientos cutáneos o de la piel. Pero ¿cómo distinguir una infección vaginal de una secreción normal?
Por naturaleza, los genitales femeninos producen secreciones. Las mujeres deben aprender a conocerse: cómo es su ciclo, su olor, su transpiración… Hay épocas en el mes que se está más húmeda y es justo cuando el aparato reproductor está ovulando. Esa secreción debe ser transparente como la clara de huevo, no pica, no arde, no mancha la ropa (amarillo, verde o blanco como requesón) y no huele mal. Cualquier secreción que se salga de esta normalidad es señal de infección.
Es importante recalcar que ni las secreciones, ni la menstruación, ni el olor genital femenino es fétido. Poseen olores característicos que si sufren una alteración son indicativos de que algo está mal. En ese momento, lo mejor es consultar con el ginecólogo, pues ninguna infección es igual y todos los organismos femeninos son diferentes. Jamás hay que automedicarse, pues lo que se logra es crear resistencia al medicamento. Las mujeres de todas las edades pueden padecer infecciones bacterianas: bebés, niñas, adolescentes, mujeres activas sexualmente y las no activas.
La bendita cándida
Los hongos vaginales o cándida son muy comunes y uno de los factores desencadenantes es el uso de antibióticos.
Cierta cantidad de cándida es normal en la vagina, pero cuando se toma antibióticos la flora bacterial buena disminuye significativamente y los hongos aprovechan.
También pueden propiciarlos el calor extremo, el uso diario de jeans muy ajustados, la ropa interior de jersey o licra y los hilos dentales. Es mejor usar ropa íntima de algodón blanca y alternar los jeans con vestidos o pantalones de telas claras, sobre todo cuando hace mucho calor.
Las alergias genitales, también son muy frecuentes. Estas son provocadas por el mal uso de toallas sanitarias y protectores diarios. "Entre más químicos poseen son más dañinos", enfatiza De Aróstegui. La manzanilla y el aloe pueden ser irritantes.
Lo ideal es utilizar toallas femeninas y tampones blancos, 100 por ciento algodón y libres de desodorante o aromas. Nunca hay que utilizarlos más de cuatro horas, porque los fluidos se descomponen y generan bacterias. También es recomendable bañarse al menos dos veces al día cuando se menstrúa. Los protectores diarios solo se deben utilizar cuando hay secreciones por ovulación o si se padece de incontinencia.
Si el ciclo femenino es irregular, siempre hay que consultar con un especialista para saber la causa. Muchas veces son problemas hormonales que pueden llegar a ser causa de infertilidad. Es por esto que se recomienda que las niñas inicien sus visitas al ginecólogo seis meses después de su primera regla.
Hablando de infertilidad, las infecciones mal tratadas pueden también provocarla. Por tales razones, la mujer debe conocerse, confiar en su médico y no tener pena de hablar con su pareja. Ser mujer es un arte que merece la pena disfrutar.

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