¿Cuándo se debe notificar RAMS?

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  Para el caso de profesionales de salud e instituciones prestadoras de servicios de salud pública y privada Para las reacciones adversas “no serias” se debe notificar en un máximo de 10 días hábiles a partir de la fecha en que se identificó el evento adverso. Para las reacciones adversas serias (graves) o amenaza de vida, inesperados, medicamentos de reciente comercialización y medicamentos de reciente incorporación a los listados institucionales se debe notificar en un máximo de 72 horas a partir de la fecha en que se identificó el evento adverso. Para los casos de “muerte” (incluye aquellos por causas no especificadas), se debe notificar en un máximo de 24 horas a partir de la fecha en que se identificó el evento adverso.  

Bebidas dulces elevan riesgo de infarto cerebral


Un estudio realizado en Japón demuestra que las mujeres que consumen refrescos azucarados casi todos los días son un 83 por ciento más propensas a padecer un tipo de accidente cerebrovascular (ACV) que aquellas que rara vez toman esas bebidas dulces.
Aunque los resultados no prueban que esos productos son los responsables del aumento del riesgo de tener un ACV, el doctor Adam Bernstein, de la Clínica Cleveland, recordó que estudios previos habían revelado una asociación entre el alto consumo de azúcar y la obstrucción arterial.
Y, "como observaron los autores del nuevo estudio, el riesgo que aumentó fue el del ACV isquémico, que está asociado con la acumulación de placa" en las arterias, dijo Bernstein.
Algunos gobiernos tratan de desalentar el consumo de bebidas azucaradas, ya sea con nuevos impuestos o por ejemplo la prohibición en Nueva York de vender refrescos súper grandes. Las escuelas también recortaron la disponibilidad de bebidas dulces.
En Japón, dada la mayor disponibilidad de estos refrescos en las últimas décadas, el equipo del doctor Hiroyasu Iso, de la Universidad de Osaka, analizó si los consumidores locales de bebidas gaseosas azucaradas tenían un mayor riesgo de padecer alguna cardiopatía o ACV.
Casi 40,000 personas respondieron un cuestionario sobre la alimentación, la salud y el estilo de vida en 1995 y en 2000.
El equipo dividió a los participantes en cuatro grupos: los que rara vez bebían gaseosas, los que consumían uno o dos vasos por semana, los que consumían entre tres y cuatro vasos por semana y los que ingerían refrescos casi todos los días.
Los refrescos incluían gaseosas y jugos azucarados, y no las versiones dietéticas o los jugos 100 por ciento frutales.
Para la Asociación Estadounidense de Bebidas, que representa a los productores de refrescos y otras bebidas sin alcohol, el estudio no aporta demasiada información. "No hace nada para educar a la población sobre las causas reales de la enfermedad coronaria o las complicaciones de la salud cardíaca", indicó a través de un comunicado.
"Solo muestra los factores de riesgo de la enfermedad cardíaca que conocemos: la etnia y la edad. No hay nada extraordinario en los refrescos asociado con la enfermedad cardíaca, el ACV, o cualquier otro efecto adverso para la salud", agregó la entidad.
El equipo determinó cuántos participantes desarrollaron enfermedad cardíaca o tuvieron un ACV desde el inicio del estudio hasta 2008. Las mujeres fueron las más propensas a tener un ACV si consumían un refresco casi todos los días, comparado con las que nunca lo hacían. 

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