Un estudio realizado
en Japón demuestra que las mujeres que consumen refrescos azucarados casi todos
los días son un 83 por ciento más propensas a padecer un tipo de accidente
cerebrovascular (ACV) que aquellas que rara vez toman esas bebidas dulces.
Aunque los resultados
no prueban que esos productos son los responsables del aumento del riesgo de
tener un ACV, el doctor Adam Bernstein, de la Clínica Cleveland, recordó que
estudios previos habían revelado una asociación entre el alto consumo de azúcar
y la obstrucción arterial.
Y, "como
observaron los autores del nuevo estudio, el riesgo que aumentó fue el del ACV
isquémico, que está asociado con la acumulación de placa" en las arterias,
dijo Bernstein.
Algunos gobiernos
tratan de desalentar el consumo de bebidas azucaradas, ya sea con nuevos
impuestos o por ejemplo la prohibición en Nueva York de vender refrescos súper
grandes. Las escuelas también recortaron la disponibilidad de bebidas dulces.
En Japón, dada la
mayor disponibilidad de estos refrescos en las últimas décadas, el equipo del
doctor Hiroyasu Iso, de la Universidad de Osaka, analizó si los consumidores
locales de bebidas gaseosas azucaradas tenían un mayor riesgo de padecer alguna
cardiopatía o ACV.
Casi 40,000 personas
respondieron un cuestionario sobre la alimentación, la salud y el estilo de
vida en 1995 y en 2000.
El equipo dividió a
los participantes en cuatro grupos: los que rara vez bebían gaseosas, los que
consumían uno o dos vasos por semana, los que consumían entre tres y cuatro
vasos por semana y los que ingerían refrescos casi todos los días.
Los refrescos incluían
gaseosas y jugos azucarados, y no las versiones dietéticas o los jugos 100 por
ciento frutales.
Para la Asociación
Estadounidense de Bebidas, que representa a los productores de refrescos y
otras bebidas sin alcohol, el estudio no aporta demasiada información. "No
hace nada para educar a la población sobre las causas reales de la enfermedad
coronaria o las complicaciones de la salud cardíaca", indicó a través de
un comunicado.
"Solo muestra los
factores de riesgo de la enfermedad cardíaca que conocemos: la etnia y la edad.
No hay nada extraordinario en los refrescos asociado con la enfermedad
cardíaca, el ACV, o cualquier otro efecto adverso para la salud", agregó
la entidad.
El equipo determinó cuántos
participantes desarrollaron enfermedad cardíaca o tuvieron un ACV desde el
inicio del estudio hasta 2008. Las mujeres fueron las más propensas a tener un
ACV si consumían un refresco casi todos los días, comparado con las que nunca
lo hacían.
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