¿Cuándo se debe notificar RAMS?

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  Para el caso de profesionales de salud e instituciones prestadoras de servicios de salud pública y privada Para las reacciones adversas “no serias” se debe notificar en un máximo de 10 días hábiles a partir de la fecha en que se identificó el evento adverso. Para las reacciones adversas serias (graves) o amenaza de vida, inesperados, medicamentos de reciente comercialización y medicamentos de reciente incorporación a los listados institucionales se debe notificar en un máximo de 72 horas a partir de la fecha en que se identificó el evento adverso. Para los casos de “muerte” (incluye aquellos por causas no especificadas), se debe notificar en un máximo de 24 horas a partir de la fecha en que se identificó el evento adverso.  

Envejecer saludable depende de los hábitos de toda su vida


La médico geriatra-internista Margarita Henríquez Molina es tajante: el primer factor determinante para una vejez saludable es que el cuidado preventivo comience en la niñez.
No hay nada más importante que aprender buenos hábitos de vida. Y si bien muchos creen que ya "raya el disco", es crucial entender que todos los seres humanos tienen la posibilidad de ser longevos y de gozar a plenitud hasta el último momento; y la mejor manera de lograrlo es siendo sanos.
La especialista explica que "el envejecimiento es un proceso gradual, natural, universal e inexorable, estructurado a través del tiempo y evidenciado por cambios y transformaciones a nivel bio-psico-social". No es una enfermedad, ni tiene que ser una pesadilla.
La actitud positiva es de triunfadores, por ello otra clave para gozar de buena salud es esa, grandes dosis de optimismo.
Todo ser humano debe visualizar esta etapa de su vida como diferente, con cambios característicos, nuevos retos, placeres y grandes lecciones.
A lo largo de toda la vida el ser humano experimenta cambios. La vejez no es la excepción y Henríquez Molina recuerda que estos serán biológicos, fisiológicos, psíquicos, sociales y culturales.
Como toda transformación requieren de adaptación, a fin de minimizar cuanto sea posible las limitaciones producto de dichos trastornos.
Ya bien lo dice el premio Nobel de medicina y oncólogo brasileño Drauzio Varella: "Nadie está sano después de los 50. Sanos están los jóvenes. Los viejos siempre tienen uno o varios achaques que son propios de la edad. De lo que se trata entonces es de envejecer saludablemente, es decir, con los achaques controlados y sin complicaciones".
Pero eso no significa que los adultos mayores hayan perdido su capacidad de ser independientes.
La doctora Henríquez Molina explica que es vital cuidar un control médico anual si hay enfermedades, una estricta dieta saludable, la ingesta responsable de medicamentos y, por su puesto, el ejercicio diario.
Ahora bien, la geriatra-internista aclara que el sano estilo de vida dependerá del perfil de cada persona. "Nosotros dividimos a los pacientes en cinco grandes grupos: Persona mayor sana, Persona mayor con enfermedades crónicas, Persona mayor en riesgo y frágil, Persona mayor en situación de dependencia transitoria o permanente, Persona mayor en situación al final de la vida", detalla.
La actividad física y la alimentación dependerán del grupo al que se pertenece y al tipo de padecimientos que se tenga.
Importantísima es la actitud. Lo ideal es no entrar con pesimismo a la vejez. Hay que recordar que nadie está preparado para esta. La responsabilidad y el compromiso con sí mismo es crucial, solo de esa manera se podrá cumplir con los chequeos, la dieta, la actividad física y, por ende, la energía positiva permitirá a los abuelitos disfrutar de su familia, amigos y comunidad.
Enemigos del bienestar
En este punto es necesario enfatizar que no hay nada más nocivo en la tercera edad que el estrés, la depresión y la ansiedad.
El doctor Rafael Martínez Cortez, del Stress Center, recuerda que el estrés afecta a los seres humanos a cualquier edad y cada quien responde a este de forma diferente. Pero en la tercera edad, hay otros factores importantes que pueden disminuir sensiblemente la calidad de vida, como por ejemplo las enfermedades degenerativas, que pueden complicarse si el estrés no es contrarrestado eficazmente.
Otro factor que se debe tener en cuenta es que por regla general el anciano duerme menos horas en el día. Si a esto se le suman situaciones estresoras, puede agravarse el insomnio y elevar los niveles de irritabilidad y fatiga.
El especialista explica que este padecimiento del sistema nervioso produce la segregación de cortisol en el organismo, mejor conocida como la hormona del estrés. Al aumentar la cantidad de cortisol en los abuelitos, se producen ciertas alteraciones. "Puede incrementar el proceso de la osteoporosis. Puede provocar incremento de adrenalina y si se posee un corazón vulnerable, la sobrecarga aumenta la presión arterial o padecimientos cardiacos más serios", detalla.
En la tercera edad hay que dar mucha importancia a las situaciones o eventos estresores que pueden redundar en depresión y ansiedad. Es aquí donde la familia y los amigos juegan un papel primordial.
Tanto la doctora Henríquez Molina como el doctor Martínez Cortez destacan que la familia jamás debe excluir o minimizar a los adultos mayores, ni aislarlos de las actividades grupales. Siempre se les debe dar su lugar y respetar esos años vividos.

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