Cumplir
bien el tratamiento farmacológico y llevar a cabo una serie de medidas
higiénico-dietéticas reducen el riesgo de sufrir una crisis hipertensiva con el
paso de los años. El porcentaje de pacientes hipertensos que acuden al médico
por estas causas apenas representa el 5 por ciento, "pero las
consecuencias para su salud pueden ser muy graves si no se actúa con
inmediatez", explica el doctor César Cerezo, experto de la Sociedad
Española de Hipertensión-Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial
(SEH-LELHA).
El
común denominador desencadenante de las urgencias y emergencias hipertensivas
es el aumento brusco de los niveles de la presión arterial por encima de
210/120 mmHg. En el caso de las urgencias, aclara el doctor Cerezo, "la
subida repentina de la tensión suele ir acompañada de otros síntomas, como
cefalea, náuseas, vómitos, mareo, visión borrosa o sangrado por la nariz. Las
emergencias, por el contrario, presentan daño en órganos diana (cerebro,
corazón y riñón), pudiendo originar enfermedades neurológicas, problemas
cardiovasculares e insuficiencia renal".
Rápida
actuación, clave
Una
rápida actuación en estas situaciones es clave, señala este experto. "En
primer lugar debemos confirmar la elevación de las cifras de presión arterial mediante
la toma correcta de la misma, intentando mantener al paciente en reposo y en un
ambiente tranquilo. Se deben identificar las causas inmediatas que hayan
originado los aumentos agudos de presión arterial. El tratamiento de las crisis
hipertensivas consiste en la reducción progresiva y controlada de los niveles
de presión arterial". En el caso de las urgencias -prosigue-, "dado
que los pacientes no se encuentran en situación de peligro vital, en ocasiones
no es necesario más que unos minutos de observación para que la presión
arterial descienda a valores normales. En caso de necesitar tratamiento, éste
consiste en la administración de fármacos por vía oral, mientras que en las
emergencias se emplean antihipertensivos intravenosos, intentando que la reducción
de los valores tensionales no sea mayor del veinte por ciento durante la
primera hora. Tras resolver la crisis se debe valorar la posibilidad de
modificar el tratamiento de base".
No
bajar la guardia
La
tasa de recurrencia de las crisis hipertensivas es baja. Aún así, los expertos
recomiendan no bajar la guardia y cumplir convenientemente con las
recomendaciones prescritas por el facultativo tras una urgencia o emergencia
hipertensiva. Para mejorar la adherencia al tratamiento farmacológico, el doctor
Cerezo recomienda fármacos de vida media larga en pacientes polimedicados.
"Al unificar en una sola pastilla varios fármacos, el riesgo de olvido de
la medicación es mucho menor, mejorando significativamente el grado de
cumplimiento terapéutico".
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