¿Cuándo se debe notificar RAMS?

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  Para el caso de profesionales de salud e instituciones prestadoras de servicios de salud pública y privada Para las reacciones adversas “no serias” se debe notificar en un máximo de 10 días hábiles a partir de la fecha en que se identificó el evento adverso. Para las reacciones adversas serias (graves) o amenaza de vida, inesperados, medicamentos de reciente comercialización y medicamentos de reciente incorporación a los listados institucionales se debe notificar en un máximo de 72 horas a partir de la fecha en que se identificó el evento adverso. Para los casos de “muerte” (incluye aquellos por causas no especificadas), se debe notificar en un máximo de 24 horas a partir de la fecha en que se identificó el evento adverso.  

La buena adherencia al tratamiento y llevar un modo de vida saludable previenen el riesgo de sufrir una crisis hipertensiva


Cumplir bien el tratamiento farmacológico y llevar a cabo una serie de medidas higiénico-dietéticas reducen el riesgo de sufrir una crisis hipertensiva con el paso de los años. El porcentaje de pacientes hipertensos que acuden al médico por estas causas apenas representa el 5 por ciento, "pero las consecuencias para su salud pueden ser muy graves si no se actúa con inmediatez", explica el doctor César Cerezo, experto de la Sociedad Española de Hipertensión-Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial (SEH-LELHA).
El común denominador desencadenante de las urgencias y emergencias hipertensivas es el aumento brusco de los niveles de la presión arterial por encima de 210/120 mmHg. En el caso de las urgencias, aclara el doctor Cerezo, "la subida repentina de la tensión suele ir acompañada de otros síntomas, como cefalea, náuseas, vómitos, mareo, visión borrosa o sangrado por la nariz. Las emergencias, por el contrario, presentan daño en órganos diana (cerebro, corazón y riñón), pudiendo originar enfermedades neurológicas, problemas cardiovasculares e insuficiencia renal".
Rápida actuación, clave
Una rápida actuación en estas situaciones es clave, señala este experto. "En primer lugar debemos confirmar la elevación de las cifras de presión arterial mediante la toma correcta de la misma, intentando mantener al paciente en reposo y en un ambiente tranquilo. Se deben identificar las causas inmediatas que hayan originado los aumentos agudos de presión arterial. El tratamiento de las crisis hipertensivas consiste en la reducción progresiva y controlada de los niveles de presión arterial". En el caso de las urgencias -prosigue-, "dado que los pacientes no se encuentran en situación de peligro vital, en ocasiones no es necesario más que unos minutos de observación para que la presión arterial descienda a valores normales. En caso de necesitar tratamiento, éste consiste en la administración de fármacos por vía oral, mientras que en las emergencias se emplean antihipertensivos intravenosos, intentando que la reducción de los valores tensionales no sea mayor del veinte por ciento durante la primera hora. Tras resolver la crisis se debe valorar la posibilidad de modificar el tratamiento de base".
No bajar la guardia
La tasa de recurrencia de las crisis hipertensivas es baja. Aún así, los expertos recomiendan no bajar la guardia y cumplir convenientemente con las recomendaciones prescritas por el facultativo tras una urgencia o emergencia hipertensiva. Para mejorar la adherencia al tratamiento farmacológico, el doctor Cerezo recomienda fármacos de vida media larga en pacientes polimedicados. "Al unificar en una sola pastilla varios fármacos, el riesgo de olvido de la medicación es mucho menor, mejorando significativamente el grado de cumplimiento terapéutico".

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