En un estudio realizado en La Libertad, especialistas del hospital nacional
Rosales identificaron a 58 de 396 personas con insuficiencia renal, es decir un
14.64 por ciento.
La indagación se desarrolló en la cooperativa Santa Clara en el periodo de
2006 y 2009. En estos años se les dio seguimiento a los trabajadores que
encontraron con daño en sus órganos.
Zulma de Trujillo, presidenta de la Asociación de Nefrología de El Salvador
y nefróloga del Rosales, expresó que se trataba de personas que desconocían que
tenían la enfermedad.
En el periodo del estudio fallecieron seis personas y una buena parte de
los empleados no quiso continuar con el tratamiento.
"El daño es acelerado, pierden rápidamente la función renal",
agregó de Trujillo.
La especialista expresó que en la mayoría se desconoce qué les causó la
enfermedad. Solo en nueve se les relacionó con diabetes e hipertensión.
De acuerdo con la indagación, los trabajadores de la cooperativa ingerían
agua de mala calidad. El 84.5 por ciento de ellos bebía agua de pozo, el 62 por
ciento sin ningún tratamiento.
Además el 59 por ciento consumía analgésicos sin ninguna prescripción
médica, solo por sentir dolor, y un 20 por ciento tenía antecedentes familiares
de enfermedad renal.
"Si no sabe la función renal que tiene, consumir analgésicos acelera
el daño renal", añadió la presidenta de la asociación.
La edad media de las personas con enfermedad renal en la zona era de 55
años. Tres eran mujeres y el resto, hombres.
"La enfermedad empieza desde los 40 años hasta los 60, cosa
completamente diferente a la epidemiología mundial y latinoamericana",
acotó de Trujillo.
Antes en la cooperativa se cultivaba algodón y en esta época, caña de
azúcar.
En general estos
pobladores trabajan unas horas con la cooperativa y luego se dedican a cultivos
de subsistencia sin mayor control de los pesticidas y herbicidas que usan.
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