Las
mujeres con trastornos hipertensivos del embarazo tienen más riesgo de
nefropatía crónica y nefropatía en etapa terminal que las mujeres sin estos
trastornos, según un estudio publicado en CMAJ (Canadian Medical Association
Journal).
«Observamos que las mujeres con trastornos hipertensivos durante
el embarazo tenían más riesgo de nefropatía en etapa terminal que las mujeres
sin embarazos complicados», escribe el Dr. I-Kuan Wang, División de Nefrología,
Hospital Médico Universitario de China, Taichung, Taiwán y sus coautores.
Los
trastornos hipertensivos como la hipertensión gestacional y la preeclampsia en
el embarazo pueden tener una repercusión importante en la salud de la madre y
el lactante y son factores de riesgo para la muerte. Se estima que 5% a 10% de
los embarazos son afectados por los trastornos hipertensivos. La función renal
puede alterarse.
Los
investigadores analizaron datos relativos a 26.651 mujeres de Taiwán con
trastornos hipertensivos en su primer embarazo, para determinar si había un
incremento del riesgo de nefropatía en etapa terminal en comparación con un
grupo de 213.397 mujeres que no presentaban los trastornos. Las mujeres tenían
entre 19 y 40 años de edad y no mostraban ningún antecedente de hipertensión,
diabetes o nefropatía.
Taiwán
tiene una de las tasas más altas de nefropatía en etapa terminal en el mundo.
La
frecuencia de nefropatía crónica fue casi 11 veces mayor en el grupo con
trastornos hipertensivos del embarazo que en las mujeres sin estos trastornos.
La nefropatía en etapa terminal fue 14 veces más alta en el grupo con
trastornos hipertensivos. El riesgo para las mujeres con preeclampsia fue más
alto que para aquellas que sólo tenían hipertensión gestacional.
«Observamos
un incremento del riesgo de nefropatía en etapa terminal subsiguiente en mujeres
taiwanesas que habían presentado trastornos hipertensivos durante el embarazo,
tales como preeclampsia o eclampsia e hipertensión gestacional», señalan los
autores. «También observamos que las mujeres con preeclampsia o eclampsia
tenían más riesgo de nefropatía en etapa terminal que aquellas que sólo
presentaban hipertensión gestacional».
Se
dispone de escasos datos sobre la relación entre los trastornos hipertensivos
durante el embarazo y el riesgo de nefropatía en etapa terminal. Este estudio
es compatible con los resultados de un estudio noruego en el que se descubrió
una relación similar entre estos trastornos y la nefropatía subsiguiente.
«En
las mujeres con un antecedente de trastornos hipertensivos durante el embarazo
se ha de tomar en cuenta la vigilancia pormenorizada de la microalbuminuria, la
tensión arterial y la diabetes. Así mismo, hay que valorar estrategias
preventivas, tales como intervenciones farmacológicas o en el estilo de vida,
para las mujeres con alto riesgo de nefropatía en etapa terminal», terminan
diciendo los autores.
«Este
estudio, realizado por Wang y sus colaboradores, es oportuno pues muestra la
importancia de la hipertensión durante el embarazo como un indicador de
nefropatía crónica futura, enfermedades cardiovasculares y diabetes», escribe
la Dra. Julia Spaan del Maastricht University Medical Center,
Países Bajos, y el profesor Dr. Mark Brown de laUniversity of New South
Wales, Australia, en un comentario relacionado. «También resalta una de las
deficiencias actuales del ejercicio clínico: aunque estas mujeres reciben gran
atención de su presión arterial alta durante el embarazo, no hay un seguimiento
estructurado de la presión arterial o de los factores de riesgo cardiovascular
y renal después del embarazo. Una mejor vigilancia después del embarazo
ayudaría a evitar no sólo la nefropatía crónica sino también las enfermedades
cardiovasculares.
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