¿Cuándo se debe notificar RAMS?

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  Para el caso de profesionales de salud e instituciones prestadoras de servicios de salud pública y privada Para las reacciones adversas “no serias” se debe notificar en un máximo de 10 días hábiles a partir de la fecha en que se identificó el evento adverso. Para las reacciones adversas serias (graves) o amenaza de vida, inesperados, medicamentos de reciente comercialización y medicamentos de reciente incorporación a los listados institucionales se debe notificar en un máximo de 72 horas a partir de la fecha en que se identificó el evento adverso. Para los casos de “muerte” (incluye aquellos por causas no especificadas), se debe notificar en un máximo de 24 horas a partir de la fecha en que se identificó el evento adverso.  

Cuando los fármacos son la enfermedad


Los medicamentos sin prescripción médica y accesibles no solo pueden curar o aliviar enfermedades, también pueden causar adicción, sobre todo si se suministran de forma irresponsable.

El remedio puede ser peor que la enfermedad. Esta es una frase que en el caso de los analgésicos u otros medicamentos refleja una realidad que tiene en alerta a los expertos de salud, debido a su mal uso y abuso.
Esta situación se acentúa en El Salvador, debido al poco control que se ejerce en la venta de un gran número de medicamentos. Y es usual que en tiendas, supermercados y hasta en la calle se pongan a disposición de la gente muchos medicamentos que no necesitan de ninguna receta o prescripción médica para adquirirlos. Esta situación puede acarrear muchos problemas, siendo uno de los más graves la adicción.
Es sabido que muchos de esos fármacos, entre ellos calmantes, analgésicos, antipiréticos, antiinflamatorios y ansiolíticos, pueden producir adicción o fármaco dependencia.
"Las drogas médicas crean tolerancia y, conforme pasa el tiempo, dejan de tener el mismo efecto de alivio que producían en un principio; la consecuencia es que el paciente incrementa la cantidad en busca del bienestar original. Así inicia el proceso de adicción", expresa la psicóloga Guadalupe Pacas.
Por su parte, la médico internista Margarita Nolasco señala que las adicciones a medicamentos son más comunes de lo que se puede pensar.
"Mucha gente piensa que la adicción sólo ocurre con sustancias prohibidas que alteran la mente, pero no se ponen a pensar que esa 'pastillita' para el dolor de cabeza o el antiácido que suele tomarse todos los días le puede causar adicción", manifiesta la doctora Nolasco.
Analgésicos adictivos
Según la médico internista, una de las adicciones que han crecido rápidamente en la sociedad salvadoreña es la de los analgésicos, medicamentos que tienen la función de calmar temporalmente algún dolor corporal.
Esta creciente adicción se debe a que la gran mayoría de los analgésicos contienen componentes químicos, como la metilmorfina, que son consideradas narcóticos que alivian el dolor. Estas sustancias al ser ingeridas actúan en el sistema nervioso, provocando que este no sienta el dolor que produce la enfermedad.
Además de mitigar el dolor, se ha comprobado que muchos de los analgésicos produce un estado de euforia en las personas que lo consumen, siendo este la clave para la cual muchas personas se vuelven dependientes a los analgésicos que contienen esta sustancia.
"Como son medicamentos enfocados a calmar dolor, el paciente siente bienestar al consumirlo, y es fácil que ingiera una mayor cantidad, ya que cree que los efectos serán mejores. Pero no precisamente es así, por eso es que este tipo de medicamentos deben usarse bajo estricta vigilancia médica", dice Nolasco.
El consumo excesivo de analgésicos, y de otros fármacos, también puede ocasionar trastornos psicológicos en las personas.
"Cambios de humor repentino, sueño excesivo, nauseas, fatiga y dolor de cabeza de manera recurrente son algunos signos que suelen presentarse en la personas que es adicta a los analgésicos", expresa Pacas.
La sicóloga señala que es difícil que el mismo paciente note su adicción porque sólo se fija en las consecuencia positivas y de bienestar, pero al no respetar las dosis, empieza a requerir una dosis más alta para alcanzar lo que estaba sintiendo, sin embargo, no hay más mejoría, únicamente se agravan los efectos colaterales.
Estudios médicos han señalado que la adicción hacia este tipo de medicamentos también ocasiona somnolencia, debido a que los analgésicos son, en cierta medida, sedantes que ocasionan un estado de adormecimiento en las personas.
Los analgésicos pueden provocar estreñimiento y acidez estomacal. Además, la sobredosis puede ocasionar daños irreparables en el hígado, provocando enfermedades hepáticas. Igualmente se ha visto que la adicción hacia los analgésicos ha elevado la presión arterial de las personas que los consumen, ocasionando a la larga taquicardia.
Calmantes para preocuparse
Los calmantes son otros medicamentos que pueden causar dependencia. Muchos de estos fármacos también son vendidos sin prescripción médica. Esta clase de medicamentos suelen ser recomendados en casos de estrés, cansancio o insomnio. Sin embargo, al causar una sensación diferente en el organismo este empieza a necesitar del medicamento, y por lo mismo a provocar una adicción, que si no se controla a tiempo puede ser peligroso.
Al utilizar un calmante cuando es un problema mínimo, por ejemplo el insomnio, sus efectos son inmediatos y es tanta la satisfacción de la persona al conseguir el sueño que al siguiente día vuelve a tomar el medicamento y así sucesivamente.
"Para comprar este tipo de medicamentos tendría que ser necesario una receta médica para tener la dosis controlada, pero algunos sitios lo venden sin receta y puede provocar grandes adicciones", manifiesta Nolasco.
Entre la gran cantidad de sustancias que pueden provocar una fármaco dependencia está el Ibuprofeno, un antiinflamatorio utilizado frecuentemente como antipirético y para aliviar las molestias de la menstruación.
"El Ibuprofeno también puede causar adicción, aunque se sabe que la cantidad de complicaciones que amenazan la vida por sobredosis de este medicamento es baja", expresa Nolasco.
Entre los efectos secundarios de esta droga se encuentran retención de sodio, complicación en cuadros de presión arterial o del funcionamiento del riñón, náuseas o reflujos, aunque como bien señala la médico internista, no suelen haber consultas clínicas por exceso de esta droga de venta libre.
Ayuda profesional y rehabilitación
Uno de los principales problemas del consumo excesivo de fármacos es la idea de que tomarlos no implica ningún peligro, debido a que su adquisición es legal o fácil.
El doctor lo receta y la sustancia se adquiere en cualquier farmacia o tienda, por lo que muchos no se consideran dependientes.
"El problema surge cuando la persona se da cuenta de que ya no puede dejar de consumir esa sustancia y haga lo que haga no puede dejarlo; el cuerpo lo demanda, ya no puede funcionar sin la sustancia y como con otras adicciones cuando menos se da cuenta ya está atrapado", advierte Pacas.
La psicóloga también afirma que en muchos de los casos de adicciones a fármacos es necesaria la ayuda médica y psicológica.
"En ocasiones, la adicción es tan fuerte que la ayuda profesional y la rehabilitación son necesarias, pues la vida social y familiar pierden balance, no sólo en la parte psicológica y física sino en la social, pues el adicto enferma a los que están a su alrededor. Si se sabe que hay una adicción hay que buscar ayuda de inmediato", puntualiza Pacas.

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