La Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzarán la campaña “¡Menos sal, por favor!”, con el objetivo de reducir el consumo de sal alimenticia entre la población.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzarán la campaña “¡Menos sal, por favor!”, con el objetivo de reducir el consumo de sal alimenticia entre la población.
En el marco de la “Semana Mundial de la Concientización”, la OPS y la OMS lanzarán la campaña “¡Menos sal, por favor!”, entre el 11 y 17 de marzo, que tendrá como tema central la presión arterial elevada.
La campaña, que pretende exhortar a la población a reducir el consumo de sal alimenticia, estará dirigida a los chefs, cocineros, proveedores de servicios de comida y en todos aquellos que preparan alimentos que se consumen fuera del hogar.
“Los restaurantes y los servicios de comida a menudo agregan sal en exceso a sus comidas, porque piensan que eso es lo que el consumidor quiere”, dijo la líder en los trabajos de la OPS y OMS en reducción del consumo de sal, Branka Legetic.
Según Legetic, los chefs y proveedores pueden ayudar a los consumidores de sal a disminuir de forma gradual su gusto por el grano. La OPS y OMS establece que el consumo de sal contribuye a elevar la presión arterial, uno de los principales factores de riesgo para ataques al corazón y cerebrales, insuficiencia renal, osteoporosis y Alzheimer.
Por ello, las organizaciones recomiendan a los adultos a consumir menos de cinco gramos de sal por día.
“En las Américas, los promedios del consumo de sal van desde 12 gramos al día en Argentina, 11 gramos diarios en Brasil, a 8,5 a 9 gramos por día en Canadá, Chile y los Estados Unidos”, establecen estudios de la OMS y OPS.
Además, determinan que productos como el pan, comidas procesadas e instantáneas, carnes procesadas y condimentos contienen el exceso de sal que las personas consumen.
“Los alimentos procesados con menos sal están llenos de calorías vacías, son bajos en micronutrientes, y suelen estar formulados para hacer que las personas consuman más. En contraste, los alimentos frescos proveen nutrientes reales, satisfacen el hambre y naturalmente tienen poca sal. El mejor consejo es comer comida real como los que comían nuestros abuelos”, explicó el nutricionista de la OPS y OMS, Enrique Jacoby.
Estudios sobre costo-efectividad muestran que una reducción del consumo de sal a nivel de la población puede reducir la prevalencia de enfermedades no transmisibles relacionadas a un costo de entre 4 y 32 centavos de dólar por persona por año.
Asimismo, un estudio canadiense sobre 18 países de América Latina estimó que la reducción en un 10% del consumo de sodio cada año podría prevenir unos 593 mil eventos cardiovasculares y salvar unas 54 mil vidas.
Países como Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Costa Rica, Cuba, Estados Unidos, México, Surinam y Uruguay han implementado iniciativas para reducir la ingesta de sal, como campañas educativas en medios de comunicación.
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