¿Cuándo se debe notificar RAMS?

Imagen
  Para el caso de profesionales de salud e instituciones prestadoras de servicios de salud pública y privada Para las reacciones adversas “no serias” se debe notificar en un máximo de 10 días hábiles a partir de la fecha en que se identificó el evento adverso. Para las reacciones adversas serias (graves) o amenaza de vida, inesperados, medicamentos de reciente comercialización y medicamentos de reciente incorporación a los listados institucionales se debe notificar en un máximo de 72 horas a partir de la fecha en que se identificó el evento adverso. Para los casos de “muerte” (incluye aquellos por causas no especificadas), se debe notificar en un máximo de 24 horas a partir de la fecha en que se identificó el evento adverso.  

Ira, puede provocar infartos al corazón

Expertos aseguran que manifestar los enojos puede causar más daños a la salud, que hacer una catarsis sobre las vivencias.

 De acuerdo con una investigación publicada en The American Journal of Cardiology, encontraron que las personas que en el año anterior habían recordado que presentaron algún episodio de furia o rabia, eran más propensos a tener infartos.
La investigación encontró que mientras el enojo fuera más grande o se lanzaran objetos o amenazas a terceros los riesgos del infarto incluso de cuadruplicaban.
El estudio se realizó sobre miles de pacientes que habían tenido un infarto, y entre quienes recordaron haber tenido un brote de ira el año anterior eran dos veces más propensos a haber tenido el infarto dentro de las dos horas posteriores que en otros momentos de ese año.
"Existe un aumento transitorio del riesgo de padecer un infarto después de un brote de ira", dijo la autora principal, Elizabeth Mostofsky, investigadora postdoctoral de la Unidad de Investigación Epidemiológica Cardiovascular de la Facultad de Medicina de Harvard, Boston.
"La asociación es consistentemente más fuerte a medida que aumenta la intensidad de la ira; no es cualquier enojo vaya a aumentar el riesgo cardíaco", aclaró Mostofsky.
La investigación de Mostofsky, se basó en el caso de tres mil 886 pacientes que habían participado de un estudio realizado entre 1989 y 1996 para determinar la causa de sus infartos.
A los cuatro días de sufrir un infarto, los participantes respondieron sobre distintas experiencias durante el año anterior, además de la alimentación, el estilo de vida, el ejercicio y el uso de medicamentos.
En total, mil 484 participantes tuvieron brotes de ira durante el año previo; en 110 casos, el enojo había ocurrido dos horas antes del infarto.
Los participantes calificaron el nivel de esa ira en una escala de siete puntos que describían desde irritación hasta la pérdida de control.
Los autores observaron que con cada incremento de la intensidad, crecía el riesgo de tener un infarto dentro de las dos horas posteriores.
Las causas más comunes de esos brotes de ira habían sido problemas familiares, laborales y en el tránsito.
Aunque el estudio no prueba de los brotes de ira causaran los infartos, los resultados "tienen sentido", según opinó el doctor James O'Keefe Jr, cardiólogo del Hospital San Lucas, ciudad de Kansas, y que no participó del estudio.
La ira es una emoción que libera epinefrina y norepinefrina, las sustancias químicas que intervienen en la respuesta de pelear o huir. Esas hormonas elevan la presión, aceleran el pulso, contraen los vasos sanguíneos y vuelve más pegajosas las plaquetas de la sangre, elevando así el riesgo de formación de coágulos.
"A diferencia del mito urbano que dice que es mejor manifestar la ira, hacerlo afecta el organismo sin que medie un efecto de catarsis", comentó O'Keefe. "La ira corroe nuestra salud cardíaca y vascular en el corto y largo plazo." (Medline)

Comentarios

Entradas populares de este blog

El grave problema de dar sobredosis de medicamentos en niños

Recomendaciones para prevenir el Dengue.