La vacuna
contra el virus del papiloma humano (VPH) está recomendada a todas las mujeres sexualmente
activas e incluso con lesiones precancerosas previas, resaltan varios expertos
presentes en el II Foro de Prevención de Cáncer de Cérvix de Castilla y León,
celebrado en Tordesillas.
Aunque la
mayoría de las infecciones por VPH desaparecen por sí solas, al menos un 15% de
las mujeres va a tener una infección persistente por un tipo oncogénico del VPH
que, si no se detecta con una citología, podrá causar cambios celulares
anormales y precancerosos en el cuello del útero, que con el tiempo pueden
convertirse en cáncer.
Según los
datos recogidos desde 2005 a primeros de 2013 en la unidad de Patología
Cervical del Complejo Hospitalario de Ávila y presentados en la reunión por el
doctor Carlos de Grado, ginecólogo de esta unidad, “el 50% de las mujeres que
presentaron lesiones premalignas de alto grado tenían entre 20 y 34 años y el
otro 50% eran mujeres con edades comprendidas entre 35 y 64 años”.
“Alerta
sobre el grupo de edades entre 20 y 25 años en que se encuentran un 13% de
todas las lesiones de alto grado detectadas, y que ahora quedan excluidas, en
parte, en el programa de cribado”, ha señalado. A este respecto, ha añadido que
“a todas las mujeres con lesión se les recomienda la vacunación porque está
demostrado que estas mujeres tienen más posibilidades de volverse a infectar”.
Los dos
principales factores determinantes de la infección por el VPH son la edad y la
actividad sexual. La prevalencia de infección por el VPH es más alta en las
edades inmediatas al inicio de las relaciones sexuales, entre los 15 y 25 años
de edad.
Posteriormente
se produce una disminución muy marcada, entre los 25 y 40 años para
estabilizarse a partir de esta edad. Sin embargo, se ha demostrado que la
persistencia de la infección por VPH se incrementa con la edad porque la
capacidad de respuesta inmune del organismo al VPH va disminuyendo.
Por último,
el jefe de Sección del Hospital Río Hortega de Valladolid y catedrático de
Microbiología, el doctor José María Eiros Bouza, ha explicado que “las
políticas sanitarias deben tender a la racionalización de recursos en términos
de eficiencia, equidad y beneficio social”.
“Existen
diferentes formas de análisis de evaluación económica y, entre ellas, destaco
que el coste-beneficio permite valorar si la intervención asociada a la
vacunación arroja en términos económicos un beneficio superior a la asistencia
de la patología que ocasionaría el VPH”, ha dicho.
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