¿Cuándo se debe notificar RAMS?

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  Para el caso de profesionales de salud e instituciones prestadoras de servicios de salud pública y privada Para las reacciones adversas “no serias” se debe notificar en un máximo de 10 días hábiles a partir de la fecha en que se identificó el evento adverso. Para las reacciones adversas serias (graves) o amenaza de vida, inesperados, medicamentos de reciente comercialización y medicamentos de reciente incorporación a los listados institucionales se debe notificar en un máximo de 72 horas a partir de la fecha en que se identificó el evento adverso. Para los casos de “muerte” (incluye aquellos por causas no especificadas), se debe notificar en un máximo de 24 horas a partir de la fecha en que se identificó el evento adverso.  

Algunos fármacos para el asma generan arritmias en niños y jóvenes.

El uso de anti-colinérgicos inhalados, un tipo de fármaco muy usado en el asma, aumenta el riesgo de sufrir arritmias cardíacas que pueden ser peligrosas en los chicos y adultos jóvenes con asma. Todd Lee, farmacéutico a cargo del estudio realizado por la Universidad de Illinois (Estados Unidos), subraya que los médicos deben estar al tanto de este riesgo. 
″Es importante que los profesionales de la salud y los pacientes sean conscientes de todos los beneficios y peligros potenciales de cada clase de medicación, para decidir el tratamiento más adecuado con toda la información a mano″, afirma.
Los anti-colinérgicos inhalados suelen usarse para los ataques de asma y para prevenir espasmos ya que brindan alivio rápido. También evitan la acumulación de moco que suele acompañar a los ataques.

FÁRMACOS A ANALIZAR

Lee explica que estudios previos con personas con enfermedad pulmonar obstructiva crónica encontraron una asociación entre estos fármacos y un riesgo elevado de sufrir problemas cardiovasculares, por lo cual con su equipo se plantearon analizar si esta situación también se presenta en los individuos con asma.

Los expertos trabajaron con 7.656 chicos y adultos jóvenes que sufrían asma y tomaban distintos tipos de medicación, desde corticoides y beta-agonistas hasta anti-colinérgicos inhalados. Ninguno sufría problemas cardíacos congénitos ni arritmias. A su vez, Lee registró la dosis de anti-colinérgicos que cada voluntario usaba, la severidad del asma y la presencia de otros tipos de patologías.

La investigación encontró que las personas con asma que toman anti-colinérgicos inhalados tienen un peligro más alto de desarrollar arritmias, en comparación con los pacientes que toman otro tipo de medicación. Lee también observó que dosis más elevadas significan un peligro mayor, y que distintos tipo de anti-colinérgicos generan un riesgo diferente.


Lee afirma que sus hallazgos son preocupantes ya que actualmente se está analizando el uso de los anti-colinérgicos orales como un tratamiento continuo para el asma.

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