¿Cuándo se debe notificar RAMS?

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  Para el caso de profesionales de salud e instituciones prestadoras de servicios de salud pública y privada Para las reacciones adversas “no serias” se debe notificar en un máximo de 10 días hábiles a partir de la fecha en que se identificó el evento adverso. Para las reacciones adversas serias (graves) o amenaza de vida, inesperados, medicamentos de reciente comercialización y medicamentos de reciente incorporación a los listados institucionales se debe notificar en un máximo de 72 horas a partir de la fecha en que se identificó el evento adverso. Para los casos de “muerte” (incluye aquellos por causas no especificadas), se debe notificar en un máximo de 24 horas a partir de la fecha en que se identificó el evento adverso.  

Medicamentos, una nueva adicción entre jóvenes en El Salvador.

Aunque fueron creadas para aliviar o calmar diferentes afecciones del sistema nervioso, está comprobado que su abuso puede generar codependencia o conductas adictivas en las personas, fenómeno que cada vez está tomando más fuerza incrementando así la población de adictos, según expertos.
Se trata de los fármacos o medicamentos prescritos para tratar el dolor, problemas de ansiedad, depresión, insomnio, problemas de comportamiento, entre otros, y cuyos efectos influyen en el sistema nervioso central y las funciones cerebrales, que producen alteraciones en el comportamiento, en la percepción, en el juicio y en las emociones, según Jaime Zablah, director ejecutivo de Fundasalva.
De hecho, cerca del 7.8 % de los estudiantes declara haber usado tranquilizantes al menos alguna vez en la vida, independientemente de su forma de obtención (con o sin prescripción médica). Sin embargo, el uso reciente sin prescripción médica (alguna vez durante el último año), es declarado por el 1.4 % de los estudiantes, según datos del "Primer estudio sobre consumo de drogas y de otras problemáticas en la población estudiantil de cinco universidades de El Salvador 2010".
Algunos de los fármacos más utilizados son los estimulantes, un grupo de drogas que tienden a aumentar las agudeza mental y la actividad física los cuales generalmente se usan para contrarrestar la somnolencia y el sentimiento de "cansancio".
Otros de los medicamentos más demandados son los barbitúricos, que actúan como sedantes del sistema nervioso central y producen un amplio esquema de efectos, desde sedación suave hasta anestesia total.
Otro de los más usados es la Ketamina o 'especial K' cuyo propósito es contrarrestar al depresión, pero su uso inadecuado genera alucinaciones.
"No podemos cerrar los ojos a lo que esta sucediendo, el problema actual son las drogas de prescripción medica, pues si bien son lícitas no se puede discutir que alteran la manera de pensar ya que están siendo utilizadas de manera irresponsable", enfatizó Zablah.
Drogas psicodélicas
Los adolescentes inician fumando cigarrillo, posteriormente consumen alcohol, luego marihuana y paulatinamente van incrementando la dosis y la frecuencia consumida hasta desarrollar un fenómeno en el metabolismo llamado tolerancia, seguido por la dependencia, en algunos casos síndrome de abstinencia; desarrollándose de esta forma el círculo de la dependencia de drogas.
Después de estas drogas blandas los consumidores sienten la necesidad de experimentar con drogas más fuertes, y buscando encuentran cocaína, crack, éxtasis, medicamentos, heroína, ácido y otras drogas dependiendo el área de El Salvador, el acceso, estatus socioeconómico, etc. explicó el director de Fundasalva.
Hasta el año 2002 la edad de inicio del consumo de drogas se situaba entre los 15 y 16 años. A partir de ese año, las estadísticas de los pacientes atendidos se han disparado ya que la edad de inicio oscila entre los 11 años de edad, según datos de Fundasalva.
Según datos de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) 230 millones de personas, es decir, el 5 % de la población adulta mundial, consumieron alguna droga ilícita por lo menos una vez en 2010. Los consumidores de drogas suman unos 27 millones en el mundo y cobran la vida de unas 200 mil personas cada año.
Anfetaminas, éxtasis, benzfetamina, L.S.D., psilocibina, mescalina, setas, hongos; sustancias inhalantes como aerosoles, pegamentos, disolventes y éter son solo algunas de las drogas psicodélicas más utilizadas.
Según datos del estudio, en 2010, entre 13.7 y 52.9 millones de personas entre 15 y 64 años de edad consumieron alguna sustancia de tipo anfetamínico en el último año (entre el 0.3 y el 1.2 % de la población), incluidos los consumidores de éxtasis, cuya cifra oscila entre 10.5 y 25.8 millones (entre el 0.2 y el 0.6 % de la población).
El mismo estudio se remite al informe mundial sobre drogas de naciones unidas 2010, en donde señala que El Salvador tiene la tasa más alta en prevalencia anual sobre consumo de anfetaminas (estimulantes) en el mundo con un 3.3 % de la población de 12 a 65 años.
En cuanto al uso de inhaladores, un 3.9 % de los universitarios declaran haber usado esta sustancia al menos una vez en su vida. El uso reciente, descrito a través de la prevalencia del último año es de 0.7 % y muy similar entre varones y mujeres.
En términos globales, el estudió determinó que menos del 1 % de los universitarios declara haber consumido hachís al menos una vez durante su vida, y menos de un 0.6 % declara haber consumido alucinógenos. Luego les siguen el opio y el éxtasis, con una prevalencia próxima a 0.5 %. Por último y en el entorno de 0.2 % se ubican la morfina (0.29 %), la heroína (0.23 %) y la ketamina (0. 2%).
Finalmente los investigadores concluyen que cerca de 16.1 % de los estudiantes de la muestra, es decir 1 de cada 6, declara haber consumido alguna droga al menos una vez en la vida, siendo la marihuana la droga de mayor uso y dando cuenta de una alta proporción de los universitarios que han consumido drogas.
En cuanto a la importancia relativa de uso en la vida, sigue a la marihuana el uso de solventes e inhalables y cocaína con casi 4% y más de 3% respectivamente, y luego crack con un 1.2%.
Con relación a la prevalencia durante el último año, se observa que 4.5% de los universitarios declara haber usado al menos una droga recientemente, nuevamente con una mayor tasa de uso en marihuana (3.3%). Le siguen en importancia, solventes e inhalables, cocaína, hachís, alucinógenos, éxtasis y opio.
Las soluciones
La dependencia de sustancias psicoactivas es una enfermedad multicausal; es decir, que están involucradas 3 entidades para que una persona se haga dependiente químico. Están son: el factor biológico, psicológico y el factor social o medio ambiental.
Solo en la medida de que se entienda de manera integral el problema de la adicción se pueden crear los mecanismos adecuados para erradicarla, señaló Zablah.
De ahí, que Fundasalva detecte tres vías o canales para solucionar la problemática que están muy alejadas de las utopías de los marcos legales. "Como institución no estamos enfocados en la disminución de la narcoactividad sino del consumo de la droga (...) pues solo en la medida que disminuyan los consumidores disminuirá o desaparecerá el tráfico de drogas", señaló Jaime Zablah.
En ese sentido, la institución ha creado sus programas de ayuda a partir de los componentes psicosociales los cuales permiten trabajar la psicoterapia individual, terapia de grupo, terapia familiar y de pareja grupos de autoayuda, entrevista motivacional, terapia cognitiva conductual, entrenamiento de habilidades de vida y prevención de recaídas.
El enfoque que implementa Fundasalva plantea la prevención primaria, cuyo propósito es intervenir antes de que surja la enfermedad y tiene como misión impedir la aparición de la misma.
Este nivel de prevención propone fortalecer valores, actitudes, conocimientos y habilidades que permitan al niño y joven comprometerse con estilos de vida saludable y desarrollar una actitud crítica frente a las drogas; a través de talleres psicoeducativos, actividades lúdicas y charlas, destacó Wilber López, psicólogo de Fundasalva.
En cuanto a la prevención secundaria: el objetivo es localizar y tratar lo antes posible las enfermedades cuya génesis no ha podido ser impedida por las medidas de prevención primaria; esto es, parar el progreso de la enfermedad que se encuentra en los primeros estadios.
Está dirigida a grupos o subgrupos de la población con un mayor riesgo de consumo, como los hijos de las personas que usan drogas o alumnos con problemas de rendimiento escolar y en casos en donde los alumnos o pobladores ya hicieron los primeros contactos con la droga; pero que aún no han desarrollado adicción, dijo López.
Finalmente la prevención terciaria o intervención, se orientan a trabajar en la recuperación integral de las personas afectadas por el consumo de drogas, para contribuir al proceso de reinserción social y económica.
El propósito es brindar atención al adicto y sus familiares a través del tratamiento de Comunidad Terapéutica (residencial) y Tratamiento ambulatorio (por citas); así como también talleres de formación vocacional, finalizó el psicólogo.


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