¿Cuándo se debe notificar RAMS?

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  Para el caso de profesionales de salud e instituciones prestadoras de servicios de salud pública y privada Para las reacciones adversas “no serias” se debe notificar en un máximo de 10 días hábiles a partir de la fecha en que se identificó el evento adverso. Para las reacciones adversas serias (graves) o amenaza de vida, inesperados, medicamentos de reciente comercialización y medicamentos de reciente incorporación a los listados institucionales se debe notificar en un máximo de 72 horas a partir de la fecha en que se identificó el evento adverso. Para los casos de “muerte” (incluye aquellos por causas no especificadas), se debe notificar en un máximo de 24 horas a partir de la fecha en que se identificó el evento adverso.  

13 mil pacientes con cáncer en El Salvador sin diagnostico ni tratamiento oportuno.


La falta de una política nacional para prevenir, diagnosticar, tratar y aminorar el dolor que provoca el cáncer en su etapa terminal ha quedado en evidencia los últimos días. La consecuencia más preocupante de esto es que, cada año, 13 mil salvadoreños adquieren la enfermedad sin recibir diagnóstico ni tratamiento.
Quienes sí tienen diagnóstico y tratamiento, pero carecen de seguridad social, son atendidos en centros públicos o privados sin fines de lucro que carecen de recursos financieros, personal capacitado y maquinaria de punta. Tenerlos permitiría dar a los pobres un tratamiento más efectivo y menos agresivo que la cobaltoterapia.
En El Salvador funcionan tres máquinas de cobalto: la más nueva pertenece al ISSS (data de hace siete años); las otras dos pertenecen al Instituto del Cáncer de El Salvador (ICES) y llevan 18 y 9 años funcionando.
La del ISSS fue recientemente reparada. Con ella se llevan a cabo 1,260 sesiones de terapia al mes. Los cobaltos del ICES tienen disminuida su potencia, pues sus fuentes de cobalto están a punto de agotarse. Por lo que la Liga Nacional contra el Cáncer ha realizado actividades para reunir los $700 mil necesarios para comprar dos fuentes de cobalto o, de ser posible, un millón de dólares que permitirá adquirir una nueva máquina de cobalto. Hasta el domingo pasado, la Liga Nacional del Cáncer solo había logrado reunir 300 mil dólares.
Pero ¿debe interesar todo lo anterior a quienes no tienen cáncer? El oncólogo-radioterapeuta Raúl Lara cree que sí: "Todos tenemos a alguien en la familia que ha tenido cáncer y todos tenemos la posibilidad de llegar a tenerlo".
Él impulsó la creación del área de Oncología en el ISSS hace casi cuatro décadas.
Hoy, a sus 70 años, considera necesario que las ONG, las fundaciones, los grupos empresariales, los ciudadanos y el gobierno se pongan de acuerdo y establezcan una política que permita que el cáncer deje de ser la segunda causa de muerte en el país.
Lara señala que en la consulta privada hay equipos más modernos que "han permitido que las tasas de curación hayan subido" y que los efectos colaterales de la radiación sean mucho menores.
Si existen equipos más modernos y con menos efectos colaterales, ¿tiene sentido que el ICES compre una nueva máquina de cobalto?
Lara considera que no. En su opinión, de llegar a contar con el dinero necesario, el ICES debería comprar un acelerador lineal, cuyo precio ronda los 1.2 millones de dólares.

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