Infecciones de origen bacteriano como la tuberculosis, infecciones nasales y bronquiales podrían muy pronto ser combatidas con mezclas de venenos de arácnidos y antibióticos, afirma Gerardo Corzo, investigador titular en el Instituto de Biotecnología de la UNAM.
El científico informó que recientemente se ha observado que los péptidos (sustancias formadas por pocos aminoácidos, similares a las de las proteínas pero más pequeñas) extraídos del veneno del alacrán pueden disminuir el crecimiento del bacilo Mycobacterium tuberculosis causante de la tuberculosis.
“Por lo cual una mezcla de antibióticos usados para el tratamiento de la tuberculosis con los péptidos antibióticos podría generar buenos resultados para el control de esta enfermedad”, afirmó el investigador, uno de los ocho científicos que publicaron los resultados de esta investigación en The Journal of Antibiotics (en octubre del 2012 en la edición en línea).
Pero lo que usaron los científicos no fue el veneno completo, ya que éste es una mezcla de varios componentes que podría inclusive ser tóxico para uso humano directo. “Lo que hemos realizado es la separación de los componentes de venenos de arácnidos, en este caso se separaron los componentes del veneno de un alacrán llamado Centruroides suffusus suffusus o alacrán de Durango, y también se separó el veneno de un araña llamada Lachesana sp”.
El análisis de los componentes de los venenos de estos dos arácnidos resultó en identificar dos moléculas con actividad antibiótica, y entre estas dos moléculas, la más efectiva fue la que se obtuvo del veneno del alacrán para disminuir el crecimiento in vitro de la bacteria que causa la tuberculosis.
SINERGIA
Corzo narró que el estudio lo empezaron en el 2008 y que fue el tema de tesis de la estudiante de maestría Francia García, quien también firma el artículo. “En este estudio comenzamos con venenos de alacrán y de arañas, específicamente los resultados más claros fueron con componentes de los venenos de las especies de alacrán Centruroides suffusus suffusus y de la araña Lachesana sp”.
Posteriormente, los componentes puros con acción microbicida fueron mezclados con antibióticos de uso común (como chloramphenicol y ampicilina), observándose en varios casos un efecto sinérgico, tuvieron un efecto bactericida mas rápido, explicó.
Las conclusiones a las que llegaron fueron que las moléculas peptídicas antibióticas operan a través de la membrana celular, por lo que es difícil que se generen bacterias resistentes, ya que su carga electrostática positiva evita que proliferen las bacterias, que tienen un efecto sinérgico con algunos antibióticos de uso común y que incrementan la rapidez de la acción antibiótica.
APOYO Y FUTURO
“Este trabajo fue parcialmente apoyado por los Laboratorios Silanes SA de CV, bajo un convenio de colaboración con el Instituto de Biotecnología. Actualmente dos compañías farmacéuticas estarían interesadas en continuar este trabajo, incluyendo los antibióticos que ellos comercializan. En estos casos, las investigaciones se ampliarían con el objetivo de utilizar otros compuestos microbicidas obtenidos de otros venenos con los antibióticos marca de estas compañías”, informó Corzo.
Por los resultados obtenidos “se esperaría que estas moléculas antibióticas se consideraran como una familia nueva de antibióticos con el fin de incorporarlas en el tratamiento de infecciones tópicas, ya que debido a su mecanismo de acción ayudarían a reducir el número de aquellas bacterias que ahora son resistentes a antibióticos convencionales”, agregó.
Sobre ver esta mezcla de venenos y antibióticos en un corto plazo como alternativa para combatir las enfermedades bacterianas en el país y en el mundo, expresó: “Seguramente en un corto plazo se usará en otros países, ya que ahora esas moléculas están bajo consideración en diferentes fases clínicas”.
Fuente:eleconomista.mx
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