Pastillas, preservativos, dispositivos intrauterinos, todos están rodeados de falsas creencias que dificultan usarlos con eficacia. Los errores que suelen cometerse con cada uno.
A más de medio siglo de la invención de los métodos anticonceptivos modernos, aún circulan viejos mitos que limitan su eficacia y producen errores en el cuidado anticonceptivo. "Muchas de esas falsas creencias, compartidas tanto por profesionales como por usuarias, caracterizan algunos métodos como los malos de la película, sin que nadie se atreva a cuestionar la veracidad de dichas afirmaciones", asegura Alicia Figueroa, médica tocoginecóloga del Centro Latinoamericano Salud y Mujer (CELSAM).
Los anticonceptivos orales (ACO) son un ejemplo claro de este hecho, alguna vez hemos escuchado en los medios la necesidad de hacer pausas o descansos en la toma de las pastillas. Al respecto Figueroa advierte: "La prescripción de estas pausas resulta, sin embargo un error médico. La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que los descansos son perjudiciales para las mujeres que toman pastillas ya que interrumpen la protección anticonceptiva, obligan a la pareja a utilizar otros métodos que les son menos familiares, cómodos o confiables, y facilitan la reaparición de efectos adversos al reiniciar la toma de sus pastillas".
El Dispositivo Intrauterino (DIU) también suele asociarse con la producción de diferentes enfermedades. Uno de los mitos más comunes es creer que produce cáncer, mientras que muchos profesionales comparten la falsa idea de que aumenta el riesgo de embarazo ectópico o fuera de lugar así como el riesgo de infecciones, ambas creencias ampliamente refutadas en la literatura científica internacional. "Debemos tener en cuenta que se trata de uno de los métodos anticonceptivos más efectivos, y que se puede utilizar de manera segura en situaciones especiales como ser el posparto inmediato, después de un aborto, como lo sugiere la OMS o incluso en mujeres que aún no han tenido hijos, si es el método que ellas han elegido", cometa la ginecóloga Karina Iza.
El preservativo tampoco está exento de errores costumbristas. Entre los usuarios del método suele hacérselo responsable de la disminución del placer, se dice que aprieta y que se rompe muy fácilmente. La industria, sin embargo, somete a los condones a altos estándares de controles de calidad. La causa más frecuente de su ruptura, sin embargo, son los errores en la técnica de la colocación. Entre los profesionales, el preservativo es el método más recomendado, pero suele incurrirse en el error de indicar su uso como si se tratara de una prescripción que el paciente debería acatar sin tener en cuenta los derechos de las personas a elegir su forma de cuidado y las dificultades reales que muchas mujeres enfrentan al momento de pedirle a su compañero que lo utilice.
Finalmente, la ligadura de trompas y la vasectomía (métodos quirúrgicos) también resultan poco claros. Tanto mujeres como varones suelen ignorar que estos métodos son legales y deben ser provistos en forma gratuita por hospitales, obras sociales y prepagas a toda persona capaz y mayor de edad que así lo solicite. Suelen además temer que afecten su sexualidad, la cual en realidad resultará intacta, o aún favorecida por contar con un método de altísima eficacia.
"Los profesionales suelen tomar actitudes paternalistas sobre estos métodos. En el temor de que sus pacientes cambien de opinión, suelen dificultar el acceso y aún aplicar restricciones que la ley no prevé, como por ejemplo un determinado número de hijos o una edad alejada de los 21 años que figuran como tope en la legislación. Sin embargo el rol del profesional es informar con claridad y en forma imparcial, acerca de las características del método, su alta eficacia y la dificultad en su reversibilidad que los hacen aptos sólo para personas que eligen no tener más hijos", asegura Andrea Gómez, psicóloga del CELSAM.
Mientras que un 25% de las mujeres en edad reproductiva no utiliza actualmente ningún método de planificación familiar, el método que ocasiona más errores y por lo tanto más embarazos es el método del calendario, con un 33% de los casos. Los errores en la toma de las pastillas posibilitaron el 26% de estos casos, el preservativo un 13%, y el DIU un 8% al igual que el coito interrumpido.
Según Karina Iza, "la automedicación, la realización de descansos, las cuentas caseras de los días fértiles, la colocación tardía o incorrecta del condón y la falta de control ginecológico del dispositivo intrauterino suelen ser los responsables de las fallas de estos métodos que, utilizados correctamente, proveen una protección muy cercana al 100%. Todo ello favorecido y sostenido por la falta de educación sexual correcta, sistemática y oportuna."
Comentarios
Publicar un comentario