El proyecto está a cargo de los catedráticos e investigadores Margarita Franco Colín, Rocío Ortiz Butrón, Adelaida Hernández García y Edgar Cano Europa, con la colaboración de las candidatas a titulación Julia Elvira Servín Santos y Alejandra Paola Torres.
Franco Colín explicó que la hipótesis para realizar esta investigación es que el organismo de las personas diabéticas no es capaz de utilizar la glucosa que es la principal fuente de energía y como una fuente alterna proponen el empleo de lípidos.
Explicó que la diferencia entre los lípidos saturados y los poliinsaturados, que son los que utilizan, es el estado físico; los primeros son sólidos, el más conocido es la manteca y, los segundos son aceites.
Refirió que la línea de investigación se inició hace cinco años con la evaluación de ratas diabéticas alimentadas con manteca para determinar los efectos metabólicos de esta dieta sobre el peso corporal y los estudios sentaron las bases para experimentar con otro tipo de lípidos.
La investigadora detalló que para establecer los efectos de los lípidos poliinsaturados en un modelo con diabetes mellitus tipo dos, primero fue necesario hacer estudios con un modelo animal con diabetes tipo uno.
"Actualmente trabajamos con dos grupos de ratas macho de la cepa Sprague Dawley a los que se indujo diabetes tipo uno y sus respectivos controles", precisó.
Detalló que el primer grupo recibe una dieta normal y el segundo una enriquecida con lípidos poliinsaturados mezclados en el alimento para asegurar que el porcentaje de calorías que aportan los aceites correspondan al 30% y el 70% restante esté conformado por otros nutrientes esenciales para su desarrollo.
A su vez, Servín Santos mencionó que la dieta se enriquece con los aceites omega tres o ácido alfalinoléico, omega seis o linoléico y omega nueve u oléico, pues estudios previos reportan que poseen propiedades para mantener estables los niveles de triglicéridos, son rinoprotectores y disminuyen la inflamación.
La candidata a titulación expuso que algunos resultados obtenidos hasta el momento indican una mejora notable el estado metabólico, la pérdida de peso disminuyó, así como la polifagia o hambre aumenta debido a que no procesan la glucosa.
Se concluyó que los lípidos poliinsaturados sí se están utilizando como fuente alterna de energía y los roedores no están usando las reservas de su organismo, dijo.
En tanto, la catedrática Ortiz Butrón detalló que al comparar el grupo de roedores con dieta enriquecida con lípidos poliinsaturados y el grupo de animales con dieta normal, corroboraron que los ácidos grasos omega tres, seis y nueve mejoraron el estado metabólico de las ratas con dieta especial.
Los resultados con grupos de ratas a las que se indujo diabetes mellitus tipo dos (resistencia a la insulina), Torres Manzo, también candidata a titulación, indicó que después de 16 semanas comprobaron que además de que tuvieron una mejora metabólica, estos roedores también presentaron menor daño renal.
Las investigadoras politécnicas no descartan la posibilidad de generar algún producto que contenga omega tres, seis y nueve, así como algún tipo de microalga o cianobacteria que ayude a preservar la salud de personas diabéticas.
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