Vivir en dificultades, hasta cierto punto, puede fomentar la resistencia, muestra un estudio.
Investigaciones recientes hallan cierta verdad en el viejo adagio de que lo que no le mata le hará más fuerte.
Aunque las experiencias extremadamente terribles, como ser asaltado o sobrevivir a un huracán, pueden provocar daño psicológico, las experiencias vitales menos drásticas pueden ayudarle a desarrollar resistencia psicológica, según Mark Seery, de la Universidad de Buffalo.
En un estudio, Seery y colegas hallaron que las personas que habían sufrido muchos eventos traumáticos estaban más angustiadas en general, pero también hallaron problemas similares en personas que no habían experimentado tal tipo de adversidad.
Las personas que habían experimentado algunos eventos vitales negativos tenían el nivel más alto de tenacidad mental.
En otro estudio, los investigadores observaron a personas con dolor de espalda crónico, y hallaron que los que habían experimentado algunos desafíos vitales serios tenían una mejor movilidad que aquellos que no se habían enfrentado a mucha adversidad, o a ninguna.
Los hallazgos aparecen en la edición de diciembre de la revista Current Directions in Psychological Science.
Las personas que han pasado por algunas experiencias difíciles han tenido la oportunidad de desarrollar su capacidad de afrontamiento, y de aprender a obtener la ayuda de familiares y amigos cuando la necesitan, señaló Seery.
Pero enfatizó que los padres no deben hacer difícil la vida de los niños pequeños intencionalmente con la creencia de que esto les ayudará a convertirse en adultos bien ajustados cuando crezcan.
"Los eventos negativos tienen efectos negativos", señaló Seery en un comunicado de prensa de la revista. "Realmente lo veo como un consuelo. Solo porque a alguien le haya sucedido algo malo no significa que esté condenado a estar afectado de ahí en adelante".
Artículo por HealthDay,
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