El cambio de horario, retrasar o adelantar el reloj para aprovechar la luz natural del día, puede tener varios beneficios. Pero al parecer no es bueno para la salud.
Una nueva investigación en Estados Unidos encontró que adelantar una hora el reloj, un cambio que en los países del hemisferio norte se lleva a cabo en marzo, está vinculado a un mayor riesgo de sufrir un infarto.
Los científicos de la Universidad de Alabama, en Birmingham, encontraron un riesgo 10% mayor de sufrir un infarto durante los dos días siguientes al cambio de horario.
Por otra parte, agregan, ese riesgo se ve reducido 10% cuando el cambio de horario se lleva a cabo en invierno y se retrasa una hora el reloj.
Aunque los investigadores no saben con precisión cuál es el mecanismo que provoca este riesgo, creen que los cambios de horario, por pequeños que sean, "desquician" el reloj biológico interno del organismo.
Tal como explica el profesor Martin Young, quien dirigió el estudio, cada célula del organismo está regida por su propio reloj molecular, el llamado ritmo circadiano, el cual permite a nuestros tejidos y órganos anticiparse a los eventos del día y la noche y ajustarse a ellos.
Cuando ocurren cambios en este reloj biológico, por ejemplo trabajar un turno nocturo, viajar a través de husos horarios e incluso reducir una hora de sueño para ajustar el reloj al horario de verano, nuestras células están esperando un evento, como una hora más de sueño, que no ocurre, y esto provoca una respuesta de estrés.
Esta respuesta negativa, principalmente en aquellos individuos que ya tienen otros factores de riesgo de enfermedad cardiovascular, puede desencadenar un evento como un infarto.
Ritmos circadianos
"No sabemos con precisión por qué ocurre esto. Pero hay varias teorías", expresa el profesor Young.
"Hay diversos factores, incluidos la privación de sueño, el reloj circadiano del organismo y la respuesta del sistema inmune, que deben tomarse en cuenta cuando se estudian las razones por las que adelantar una hora el reloj puede ser perjudical para la salud".
Los investigadores encontraron que el riesgo más elevado de sufrir un infarto se vio el lunes y el martes después del cambio de horario, cuando la gente debe levantarse una hora más temprano para ir a trabajar.
"Los individuos que están privados de sueño a menudo tienen mayor peso corporal y están en mayor riesgo de desarrollar diabetes o enfermedad del corazón", explica el profesor Young.
"La privación de sueño también puede alterar otros procesos biológicos, incluida la respuesta inflamatoria, la cual puede contribuir a un infarto. Y la reacción de una persona a la privación de sueño y al cambio de horario depende de si esa persona es 'matutina o noctura'. La gente nocturna tiene muchas más dificultades para adaptarse al adelanto del reloj", agrega.
Ha habido pocos estudios con seres humanos que analicen este vínculo. Sin embargo, los estudios llevados a cabo con ratones confirman el riesgo de un evento cardiovascular tras un cambio en el reloj biológico.
En experimentos con ratones, el equipo del doctor Young encontró que los animales cuyos relojes biológicos habían sido genéticamente manipulados, mostraron respuestas alteradas en su sistema inmune y esto condujo a un mayor riesgo de desarrollar enfermedad del corazón.
El organismo humano eventualmente se adapta a los cambios de horario.
Pero mientras nuestras células se adaptan a los cambios, el profesor Young sugiere levantarse 20 minutos antes el sábado y el domingo cuando cambia el horario para preparar al organismo a adaptarse al "shock" de dormir una hora menos el lunes.
También recomienda, durante ese fin de semana, exponerse lo más temprano posible a la luz exterior del día y, si es posible, mantenerse activo durante ambos días.
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