Una investigación liderada por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha descubierto rasgos comunes en las proteínas neurotóxicas, aquellas que con la edad y bajo diversas circunstancias pueden acabar generando enfermedades neurodegenerativas como Alzheimer o Parkinson.
Los resultados del estudio, publicado en el último número de 'PLoS Biology', podrían aportar nuevas dianas para la prevención, el diagnóstico temprano y el tratamiento de estas enfermedades.
Gracias a un microscopio de fuerza atómica, los investigadores han podido estirar y desestructurar una a una las moléculas estudiadas para analizar individualmente las estructuras que forman. Los investigadores han observado que están implicadas en diversas funciones celulares y, aunque poseen secuencias muy diferentes, comparten las fases finales del proceso de agregación y formación de fibras asociado a estas enfermedades.
"Hemos descubierto que las proteínas neurotóxicas más representativas, antes de empezar a asociarse y formar sus agregados característicos, adoptan una rica colección de estructuras cuya formación se ha visto asociada a toxicidad celular y neurodegeneración", explica el investigador del CSIC Mariano Carrión, del Instituto Cajal.
Este estudio ha descubierto, además, que un agente terapéutico (denominado QBP1) es capaz de bloquear la "malignización molecular" de proteínas neurotóxicas como la causante de la enfermedad de Parkinson o un modelo de prión semejante a los que causan el mal de las vacas locas o su equivalente en humanos. El potencial curativo de QBP1 se había demostrado anteriormente en animales de experimentación que reproducían la enfermedad de Huntington.
"Este potencial fármaco polivalente reduce la formación de las estructuras estables que nosotros detectamos y que, dada su asociación al desarrollo de la enfermedad, proponemos serían las que dispararían el inicio de la misma. El bloqueo mecánico de los motores moleculares, una especie de gripado molecular, de la maquinaria de reciclado de proteínas de la célula podría ser un posible mecanismo que iniciase estas enfermedades", añade Carrión.
El estudio, que ha contado con la participación y financiación del Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Neurodegenerativas, así como con la participación del Instituto Madrileño de Estudios Avanzados en Nanociencia, "abre la puerta a la comprensión del mecanismo molecular que desencadena la toxicidad de las proteínas neurotóxicas", explica el investigador.
A su juicio, estos descubrimiento, "podrían permitir descifrar la causa primaria de estas enfermedades y representa por tanto un avance decisivo tanto en la prevención y el diagnóstico como en el diseño de fármacos más específicos y eficientes".
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