Son fáciles de encontrar. Están en casa, en los supermercados, incluso, en
la calle misma. Lejos de la supervisión de un médico, el mal uso o abuso podría
desencadenar el lado peligroso e irreversible de los antibióticos.
Un antibiótico es una sustancia química que actúa sobre las bacterias,
matándolas o imposibilitando su crecimiento dentro del organismo. Por tal
motivo, los antibióticos solo curan las infecciones bacterianas, es decir, que
no tienen ningún efecto sobre los virus que producen catarros, gripes,
debilidad corporal, varicela, etc.
Y en efecto, es aquí donde existe la confusión y el peligro a la vez, pues
tratar enfermedades virales con antibióticos es inútil, pues no causa ningún
efecto sobre ellas, pero sí en la salud de los individuos que los consumen.
El uso o abuso de los antibióticos crea un grave problema, y es la
denominada "resistencia bacteriana o antibiótica", lo cual significa
que el consumo prolongado de antibióticos hace que las bacterias se vuelvan
inmunes al medicamento, explica Ernesto Navarro, especialista en enfermedades
infecciosas.
En otras palabras, el organismo se queda sin armas para luchar contra
nuevas infecciones producidas por bacterias, virus, hongos o parásitos, pues
estos últimos han logrado desarrollar defensas genéticas ante los fármacos,
detalla el especialista.
Los antibióticos son como soldados aliados del cuerpo, debilitan a las
bacterias (impiden su ciclo de vida hasta que mueren) o las destruyen (ataque
directo) hasta que el sistema inmune tiene la oportunidad de detectarlas y
destruirlas por él mismo, explica Navarro.
Los antibióticos nunca deben consumirse sin la debida autorización de un
médico, pues es este quien primero diagnosticará el tipo de enfermedad e
indicará —si se requiere o no— un tratamiento antibiótico y señalará la dosis a
tomar y la duración de este en el tiempo. Al no acatar lo anterior, los
antibióticos se vuelven enemigos del cuerpo, pues permiten que las bacterias
desarrollen resistencia al medicamento y estas heredan a una nueva generación
de bacterias: sus armas. Esto impide que en tratamientos donde se usen fármacos
contra procesos infecciosos no funcionen, o en el peor de los casos, no puedan
detectarse.
"Cuando hablamos de antibióticos lo más importante en este tema es que
debe ser el médico especialista quien debe recetar el uso de este
medicamento", señala categóricamente el doctor Navarro.
Otro punto importante es que el antibiótico tiene cierta toxicidad que
puede dañar a las mismas personas. Un caso típico es que muchos pacientes son
hipersensibles a ciertos productos como la penicilina (alérgicos). Es necesario
que el médico indague muy bien sobre el perfil de su paciente.
El uso de antibióticos en mujeres embarazadas y en la niñez es un tema
polémico. Ante ello Navarro dice que "hay ciertos antibióticos que pueden
darse en el primer trimestre del embarazo y hay otros que no se deben dar.
Automedicarse puede ser perjudicial tanto para la madre como para el
niño".
El especialista explica también que a la madre lactante no se le puede
recetar cualquier antibiótico, porque el bebé recibiría, a través de la leche,
los efectos del fármaco.
Las dosis
Si el doctor receta la utilización de antibióticos, estos deben usarse
disciplinadamente con las agujas del reloj. La rutina de la dosificación no
debe romperse hasta completar el tratamiento. Ni una dosis menos ni una dosis
más.
Algunos antibióticos se consumen entres seis, ocho, 12 e incluso 24 horas.
La incorrecta dosificación no permite que el medicamento alcance el nivel
idóneo de efectividad. Esto desencadenaría una recaída.
El tiempo para usar un antibiótico lo determina el médico y hay que
finalizarlo aunque los síntomas como fiebre, mal olor (por hongos o procesos de
infección) o malestar general hayan desaparecido.
Usted puede contribuir al uso racional de los antibióticos. Recuerde que no
siempre se requiere la utilización de estos, por ejemplo:
No todas las infecciones se curan con antibióticos. Y para un resfriado,
catarro o gripe son ineficaces.
La fiebre es un síntoma de distintas enfermedades y no solo es producido
por una bacteria. Es un error grave suponer que toda fiebre requiere un
antibiótico.
Además, es importante que sepa que un antibiótico que le resultó eficaz a
otra persona en un tratamiento determinado no puede serlo para usted ni para su
particular situación médica. Esto significa que nunca un antibiótico debe
utilizarse sin receta médica.
En 2011, en el marco del Día de la Salud, la Organización Panamericana de
la Salud (OPS) hizo un llamado en todo el mundo para evitar el mal uso y abuso
de los antibióticos, pues el número de pacientes resistentes a los antibióticos
había incrementado.
"De aquí a varios años, enfermedades que habían logrado tratarse con
antibióticos y otras familias de antimicrobianos ya no tendrán efecto y los
pacientes continuarán enfermos o hasta pueden morir por falta de
tratamiento", informaba el representante de la Organización Panamericana
de la Salud, Pier Paolo Balladelli, en declaraciones al periódico guatemalteco
Prensa Libre.
El especialista
Balladelli hizo hincapié de un sostenido trabajo de información sobre los
antibióticos. "Hay que hacer un trabajo informativo e inspeccionar
farmacias, porque está muy mal que los fármacos se vendan sin receta o que los
médicos no se apeguen a los protocolos que existen a nivel mundial",
puntualizó.
Fuente:elsalvador.com
Comentarios
Publicar un comentario