En
pacientes con fibrilación auricular y úlceras pépticas previas, el riesgo de
hemorragia grave por el tratamiento anticoagulante es neutralizado por una
menor tasa de complicaciones tromboembólicas y cardiacas, informa un equipo de
investigadores coreanos.
Sin
embargo, «la frecuencia de hemorragia grave después del tratamiento
anticoagulante oral y con inhibidores de la función plaquetaria fue
significativamente más baja con la confirmación de la cicatrización de la
úlcera que sin la confirmación», señalaron los autores en un artículo reciente
publicado en la versión en línea de American
Journal of Cardiology.
El
Dr. BoyoungJoung y sus colaboradores del Colegio de Medicina de la Universidad
de Yonseien Seúl explican que el riesgo-beneficio
del tratamiento anticoagulante oral en pacientes con fibrilación auricular y un
antecedente de úlceras no está bien dilucidado debido a que tales pacientes por
lo general se excluyen de estudios clínicos.
Para
investigar más a fondo este problema, el equipo identificó a 430 pacientes con
fibrilación auricular no valvular y úlcera péptica. En este grupo, 200 estaban
tomando anticoagulantes orales y 230 no los estaban tomando.
Durante
una media de seguimiento de 3,3 años, 14% frente a 29% (p =
0,001) de los dos grupos, respectivamente, tuvieron un efecto cardiaco adverso
importante (MACE, por sus siglas en inglés) que comprendió accidente
cerebrovascular isquémico, infarto de miocardio, tromboembolia pulmonar u otra
embolia sistémica.
Las tasas correspondientes de hemorragia grave fueron 23%
frente a 11% (p = 0,001), según lo determinaron los investigadores.
Cuando
se combinaron estas dos variables en un criterio de valoración compuesto, no
hubo ninguna diferencia estadísticamente significativa entre los dos grupos y
los porcentajes fueron de 29% frente a 36% (p =
0,08), según el estudio.
Como
se señaló, no obstante, la hemorragia grave en los pacientes que recibieron
tratamiento anticoagulante tuvo menos posibilidades de presentarse en los que
tenían úlcera cicatrizada (14%) que aquellos sin una úlcera no cicatrizada
(30%; p = 0,02).
Por
otra parte, la variable compuesta tuvo menos posibilidades de ocurrir en
pacientes con tratamiento anticoagulante que permanecieron en el rango
terapéutico del INR durante 60% o más del tiempo que en los pacientes que sin
tratamiento anticoagulante (riesgo relativo ajustado: 0,45; p =
0,01), informan el Dr. Joung y sus colaboradores.
En
resumen, terminan diciendo «nuestro estudio indica que después de confirmar la
cicatrización de la úlcera, el tratamiento anticoagulante oral con un INR
óptimo es útil en pacientes con FA no valvular que tienen antecedentes de
úlcera péptica».
Comentarios
Publicar un comentario