¿Cuándo se debe notificar RAMS?

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  Para el caso de profesionales de salud e instituciones prestadoras de servicios de salud pública y privada Para las reacciones adversas “no serias” se debe notificar en un máximo de 10 días hábiles a partir de la fecha en que se identificó el evento adverso. Para las reacciones adversas serias (graves) o amenaza de vida, inesperados, medicamentos de reciente comercialización y medicamentos de reciente incorporación a los listados institucionales se debe notificar en un máximo de 72 horas a partir de la fecha en que se identificó el evento adverso. Para los casos de “muerte” (incluye aquellos por causas no especificadas), se debe notificar en un máximo de 24 horas a partir de la fecha en que se identificó el evento adverso.  

Daño renal en mujeres afecta desarrollo de bebé


María tenía 12 semanas de embarazo cuando recibió su primera sesión de hemodiálisis en el hospital Rosales, una terapia que sustituye parte de la función de los riñones.
Fue el 21 de abril, tras algunos años de intentar concebir un hijo, que recibió la noticia de que sería madre.
Ella llevaba un poco más de dos años de estar en tratamiento con medicamentos para evitar que la lesión detectada en sus riñones progresara. "Ahora que estoy embarazada es que me subió más la creatinina; (los médicos) me dijeron que si no me hacían la hemodiálisis había riesgo de que me fuera subiendo más y que mi niño no llegara a termino", comentó María, de 33 años.
Tres meses después de saber de su embarazo, el 24 de julio, la joven empezó su sesión. Las primeras veces tenía temor que a su hijo le sucediera algo; son cuatro horas, los días martes y viernes, los que pasa conectada a la máquina que le limpia los tóxicos del cuerpo. Casi dos meses después, María confía en que todo saldrá bien.
Ella recuerda que consultó por primera vez porque se le inflamaron las piernas, en el Zacamil le realizaron una serie de exámenes entre ellos una biopsia renal y así le descubrieron el problema. A ella le detectaron glomerulopatía, un daño en el órgano. "Me quedé en tratamiento con medicamento para no botar proteínas".
Su embarazo marcha bien, lleva más de 20 semanas de gestación.
Se estima que el año pasado atendieron a más de mil embarazadas con algún daño renal, entre ellas la glomerulopatía.
Estudio
Entre agosto de 2010 y agosto de este año identificaron a 41 embarazadas con glomerulopatía, la misma enfermedad renal que padece María.
Se trata de una afección que afecta el desarrollo del bebé; entre más temprano sea identificada y tratada, mejor será el pronóstico para el niño.
"Lo que significa es que la incidencia y prevalencia de la enfermedad renal es alta y debe tratarse de detectar temprano", comentó Roberto Ticas, nefrólogo del hospital de Maternidad.
A estas mujeres se les encontró proteínas en la orina, un indicador del daño en el riñón. "Tener proteínas en la orina durante el embarazo es peligroso", manifestó Ticas. Entre más proteínas tiene una mujer, el parto puede ser más temprano.
Los especialistas de Maternidad desarrollaron una investigación para determinar cómo influye la enfermedad renal en el pronóstico de los niños y la madre.
De las 41 pacientes registradas con daño en el riñón, identificaron a 19 con síndrome nefrótico, es decir que la pérdida de proteínas es mayor a 3.5 gramos en 24 horas y a 22 con el síndrome no nefrótico, en este caso, la pérdida de proteínas es menor.
Entre más pierden proteínas, el deterioro en el binomio madre e hijo es mayor. Puede causar retardo en el crecimiento uterino, bajo peso, aborto y prematurez, y en la madre desnutrición y enfermedad renal crónica.
La mayoría de las pacientes incluidas en la indagación proceden de los departamentos de San Salvador y Cuscatlán. La edad del embarazo en el que se diagnosticó el síndrome no nefrótico fue a las 27 semanas y en el otro grupo a las 28.
A estas embarazadas se les detecta la enfermedad por medio de una biopsia renal, luego que el Servicio de Alto Riesgo de Maternidad descarte preeclampsia, elevación de la presión arterial.
El funcionamiento renal en las mujeres que perdían más de 3.5 grados de proteínas era del 72 por ciento, y en los otros del 89.
Los médicos suministraron esteroides a las mujeres con el síndrome nefrótico; en estos casos, los bebés nacieron a las 38 semanas de gestación, mientras que las pacientes que no recibieron ese producto tuvieron sus bebés a las 33 semanas.
El número de bebés que nacieron en mejores condiciones fue mayor en aquellos en los que la madre recibió los esteroides.
El 20 por ciento de todas de las mujeres quedaron con cierta deficiencia en sus órganos. "Debemos alertar a las mujeres embarazadas para que vayan a sus controles prenatales y se les determine la creatinina y el grado de proteinuria, porque de eso va a depender el pronóstico de los niños", dijo el nefrólogo.

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