No faltan recursos en la lucha contra el cáncer en El Salvador, pero resultan insuficientes y lo esfuerzos públicos, privados y de las ONG están dispersos.
Rosario H. viaja desde el Bajo Lempa hasta San Salvador cada vez que tiene programado recibir tratamiento para el cáncer de cérvix. Como todos los pacientes entrevistados por El Diario de Hoy para este reportaje, pidió no publicar su nombre real ni su rostro.
El 29 de octubre, estaba recostada en una de las camas ubicadas en el área donde los pacientes esperan su turno para recibir la terapia de cobalto en el Institutos del Cáncer de El Salvador (ICES).
Este centro, fundado en los años 70 por el doctor Narciso Díaz Bazán, fallecido hace casi un año, tiene dos máquinas de cobalto. Una fue adquirida en 1994 y la otra en 2003. Sus fuentes están apunto de agotarse. No obstante, cada día, 120 pacientes son irradiados con ellas. A inicios de octubre, el director administrativo del ICES, Gonzalo Beltrán Castro, advirtió que necesitaban reunir con urgencia 700 mil dólares para, al menos, renovar las fuentes de cobalto de ambas máquinas.
Pero el Instituto brinda otros servicios: consulta externa, diagnóstico patológico (limitado), mamografía, braquiterapia (radiación localizada), rayos X y quimioterapia. Además, dos días a la semana, lo visitan voluntarios de la Fundación No Te Rindas, quienes ofrecen terapia ocupacional y psicológica gratuita.
El director médico de la Liga Nacional Contra el Cáncer, Salvador Díaz Bazán, afirma: "Hay institutos de cáncer para gente de recursos, el ISSS tiene un servicio de Oncología completo con muchos recursos... Pero eso es solo para los asegurados que son el 20 % de la población. El 80 % de la población tiene que venir al Instituto por sus tratamientos, porque el sistema nacional de Salud no tiene".
Según la OPS, el Ministerio de Salud ofrece servicios oncológicos en el hospital Rosales, en Maternidad y en el Bloom. Tiene consulta externa, cirugía, quimioterapia, diagnóstico patológico básico, mamografía y rayos X. "Amplia y coordina la atención mediante convenios con el ISSS y el ICES", indicaron.
La detección temprana se lleva a cabo, según la OPS, desde el primer nivel y en las llamadas "redes integradas de servicios de salud".
No obstante, el representante de la OPS, José Ruales, hace varias recomendaciones. La primera es impulsar "una política nacional integrada del cáncer". Esta, en su opinión, debería tener énfasis en el cáncer de cérvix, mama y próstata. Sugiere mejorar los registros de la incidencia y la mortalidad, así como también la capacidad de análisis de la información. Algo necesario para desarrollar el "sistema nacional de vigilancia en cáncer".
También recomienda integrar los servicios de atención en cáncer y renovar y mejorar el equipamiento en la red pública. Finalmente, insta a estandarizar los requerimientos mínimos de los equipos de radioterapia, así como de las "competencias indispensables" en el personal profesional y técnico.
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