Los lactantes que reciben
paracetamol por fiebre y dolor pueden tener más riesgo de síntomas de asma en
sus años preescolares, señala un nuevo estudio.
Los hallazgos, provenientes de
un estudio de 411 niños daneses, se añaden a la mezcla de investigaciones en
torno a si hay una relación entre el paracetamol —mejor conocido con el nombre
de patente de Tylenol —y el riesgo de asma en los niños.
Los investigadores
determinaron que cuanto más paracetamol recibían los niños durante la lactancia
tantas más posibilidades tenían de presentar síntomas asmatiformes en las
primeras etapas de la infancia.
La vinculación estadística no
demuestra que el paracetamol produzca problemas respiratorios, según el
investigador principal Dr. Hans Bisgaard, profesor de pediatría en laUniversidad de Copenhague en Dinamarca.
«Creemos que es demasiado
prematuro llegar a una conclusión de una relación causal», dijo a Reuters Health en un mensaje
correo electrónico.
Sin embargo, Bisgaard afirmó,
los hallazgos deben alentar a que se lleven a cabo más investigaciones sobre un
«mecanismo biológico plausible» por el cual el paracetamol podría fomentar el
asma.
En el estudio, comunicado en Journal of
Allergy and Clinical Immunology, participaron 336 niños a los que se les efectuó
seguimiento desde el nacimiento hasta los 7 años de edad. Todos eran hijos de
madres asmáticas por lo cual tenían más riesgo de presentar ellos mismos la
enfermedad pulmonar.
En general, 19% de los niños
padecían síntomas asmatiformes hacia los 3 años de edad —lo que significa
accesos recidivantes de sibilancias, disnea o tos—.
El equipo de investigadores de
Bisgaard determinó que el riesgo por lo general aumentaba en la medida en que
un niño recibía paracetamol con más frecuencia durante el primer año de vida.
Por cada duplicación del número de días que un lactante recibía el fármaco,
había un incremento del 28% en el riesgo de síntomas de asma.
No obstante, la relación
desaparecía para el tiempo en que los niños tenían 7 años de edad. En esa
etapa, 14% de los niños padecían asma y el riesgo no era más alto que para los
que habían recibido paracetamol durante la lactancia.
Con esto los nuevos hallazgos
en realidad pintan un cuadro menos problemático que el mostrado en algunas
investigaciones previas, según el Dr. Henry Milgrom, profesor de pediatría en National Jewish
Health, en Denver, quien no colaboró en el estudio.
Sin embargo, este estudio no
es la última palabra, dijo Milgrom. «No creo que esto dé respuesta a la interrogante.
Plantea más dudas».
El deslindar efectos
específicos del paracetamol sobre el riesgo de asma es problemático. El
principal motivo es que los niños con asma por lo general tienen infecciones
respiratorias más graves. En comparación con otros niños, sus resfriados se
convierten con más frecuencia en bronquitis o neumonía.
De manera que sería congruente
que recibieran el antipirético paracetamol más a menudo que otros niños.
Bisgaard dijo que su equipo no
contaba con información sobre otros factores como las tasas de neumonía y
bronquitis de los niños, el peso corporal y el tabaquismo de los progenitores.
Al parecer no explicaban la relación entre el paracetamol y el asma.
No obstante, es posible que
haya otras explicaciones, según Bisgaard.
Y si el paracetamol no tiene
ningún efecto, afirman los investigadores, podría ser «transitorio» ya que no
hubo ninguna relación a los 7 años de edad.
Una serie de estudios previos
han señalado que los niños jóvenes que reciben paracetamol tienen más riesgo de
asma, pero algunos otros han planteado dudas en torno a esto.
En un estudio reciente se
determinó que los niños que recibían otros analgésicos de uso frecuente —tales
como ibuprofeno y naproxeno— también tenían un incremento del riesgo de asma. Y
los investigadores dijeron que los niños señalados con síntomas de asma
simplemente tenían más probabilidades de necesitar los medicamentos.
Bisgaard dijo que pocos
lactantes de este estudio recibieron otros analgésicos, de manera que no era
posible determinar si estos medicamentos estaban relacionados con los síntomas
de asma.
El
estudio tuvo otras limitaciones. Sólo incluyó niños con riesgo de asma mayor que el
normal, de manera que no está claro si los hallazgos serian los mismos en los
niños con riesgo promedio.
Milgrom dijo que por ahora los
padres tal vez quieran evitar el paracetamol si su lactante o niño pequeño
tiene más riesgo de asma.
El ibuprofeno sería una
alternativa; los expertos dicen que los progenitores debieran evitar
administrar ácido acetilsalicílico a los niños pues el fármaco está relacionado
con el síndrome de Reye —una enfermedad infrecuente pero grave que afecta al
cerebro y al hígado.
Bisgaard no recomendó evitar
el paracetamol. Sin embargo, aconsejó a los progenitores utilizarlo sólo cuando
estuviese justificado —como cuando un niño tiene fiebre— para evitar las dosis
innecesarias.
«Nos gustaría resaltar », dijo
Bisgaard, «que el empleo de este fármaco es realmente útil en las
circunstancias apropiadas».
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