Automedicación y Uso Indiscriminado de Antibióticos en Centroamérica.

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  ¿Qué es la automedicación? La automedicación es el consumo de medicamentos sin la orientación de un profesional de salud. En el caso de los antibióticos, este problema es aún más preocupante, ya que su mal uso puede generar resistencia bacteriana y hacer que las infecciones sean más difíciles de tratar. Causas de la Automedicación en la Región Acceso sin receta: En muchos países de Centroamérica, los antibióticos pueden adquirirse sin receta médica, facilitando su uso inadecuado. Falta de educación sanitaria: La población no siempre conoce los riesgos de consumir antibióticos sin indicación médica. Costos de atención médica: Las consultas médicas pueden ser costosas o difíciles de conseguir, lo que lleva a las personas a recurrir a la automedicación. Recomendaciones de familiares o conocidos: Es común que las personas tomen antibióticos porque alguien cercano los usó para un síntoma similar. Consecuencias del Uso Indiscriminado de Antibióticos Resistencia antimicro...

Se usan mal los protectores solares

 A apenas pasos del mar, de un azul que el sol vira a turquesa al acercarse el mediodía, retumba una señal de alarma unánime de dermatólogos al hablar de los necesarios cuidados de la piel al exponerse a los rayos solares: existen muchos protectores disponibles, pero la población los usa mal.
Lo advirtieron especialistas en el Congreso de la Academia Europea de Dermatología y Venereología 

Los padres les colocan un elevado factor de protección a sus hijos, pero no lo utilizan en su propio cuerpo. No existe el protector ideal.
 
La consecuencia, coincidieron, es el envejecimiento cada vez más prematuro de la piel y el aumento de lesiones malignas.
 

"En la mayoría de los países es muy difícil todavía lograr que la población se aplique bien el protector cuando se va a exponer al sol", afirmó la doctora Gillian Murphy, del Departamento de Dermatología del Hospital Beaumont de Dublín, Irlanda, al abrir una de las sesiones en el XV Congreso de la Academia Europea de Dermatología y Venereología, que finalizó anteayer en esta isla del sur griego.
 

A esto, el doctor Rik Roelandts, de la Unidad de Fotodermatología del Hospital Universitario de Leuven, Bélgica, agregó que lo más común es que "no se utiliza la cantidad de protector suficiente; que se aplica tarde, una sola vez y sin reaplicar después de salir del agua; que suele olvidarse cubrir el cuello, los bordes de la cara donde comienza el cabello y las orejas, o que, directamente, no se usa o se argumenta algún tipo de intolerancia".
 

El bronceado 

Otro problema, para el especialista, es que los adultos y los jóvenes conocen el efecto solar en la piel, pero no se protegen porque le siguen dando mucha importancia al bronceado. Una investigación en la que participaron varios centros de salud en Europa, en la que intervino Roelandts, demostró recientemente que menos de un 10% elige utilizar un factor de protección solar (FPS) inferior a 20.
 

"Sin embargo, cuando esas mismas personas tienen que elegir una pantalla solar para aplicársela a los hijos utiliza un FPS de más de 20 -puntualizó el investigador belga-. Esto demuestra un sesgo en la percepción del problema que es necesario modificar para reducir el aumento que observamos en las consultas con lesiones malignas en la piel y envejecimiento temprano", en los que incide la cantidad de rayos ultravioletas (UV).
 

Según el doctor Salvador García, del Departamento de Dermatología del Memorial Sloan-Kettering Center (Estados Unidos) y del Hospital Ramón y Cajal (España), el 30% de las radiaciones UV lo recibimos en verano, mientras que dos tercios de esos rayos "los recibimos en el resto del año, cuando no se usa protector solar".
 

Para esa época, García investiga en los centros de ambos países el uso de sustancias de origen vegetal como una forma de fotoprotección oral. "Puede ser muy útil para aliviar los efectos adversos del sol en la piel, que pueden llegar a alterar el ADN o a causar inmunosupresión", explicó durante su presentación.
 

Por su parte, Roelandts explicó que la dermis se recupera apenas se suspende la recepción de los rayos UV y que la elasticidad vuelve a ser óptima a los 24 meses de tratamiento con dos aplicaciones al día, pero aseguró que lo más importante es que la persona reduce el riesgo de desarrollar lesiones cancerosas.
 

Protección ideal 

¿Existe algo que pueda proporcionar la protección solar ideal con la que tanto desearían contar los dermatólogos? La respuesta, simple, la dio la doctora Zoe Draelos: "No".
 

Con más de 260 estudios publicados, la especialista estudia en la Facultad de Medicina de la Universidad de Wake Forest, en Carolina del Norte (EE.UU.), los protectores solares a la venta y, en particular, realiza un seguimiento de aquellos con mayores ventas.
 

Para ella, el objetivo que toda pantalla debería cumplir es evitar que la radiación UV alcance y penetre la piel para poder prevenir la aparición de tumores y el fotoenvejecimiento.
 

"Después de tantas investigaciones, si tuviera que describir cómo debería ser un protector ideal exigiría que fuera fotoestable, que bloqueara los rayos UVB y UVA, que fuera resistente al agua y que demostrara tener larga duración."
 

Mientras tanto, algo se puede hacer, y bien, si se siguen las sencillas e insistentes recomendaciones de los médicos dermatólogos: hay que evitar exponerse al sol en los horarios pico, como el mediodía; usar sombrero y prendas para cubrir el torso y las piernas, y aplicar adecuadamente un protector solar que esté de acuerdo con la fotosensibilidad de cada piel. Es algo que debe indicar el médico especialista.
 


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