Algunos antidepresivos, conocidos como inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), están relacionados con un intervalo QT largo, la duración de la actividad eléctrica del músculo del corazón, que es un marcador de alteraciones del ritmo cardiaco, según un estudio publicado este martes en 'British Medical Journal'.
Los resultados apoyan las recientes advertencias de la agencia norteamericana del medicamento (FDA, en sus siglas en inglés) sobre las drogas con citalopram y sugieren que algunos otros antidepresivos pueden tener efectos similares.
El intervalo QT se mide con un electrocardiograma (ECG) y varía con la frecuencia cardiaca, que se hace más larga cuando el corazón late más lento y es más corta cuando este órgano va más rápido. Para los hombres, el intervalo QT correcta es normalmente de menos de 420 milisegundos y para las mujeres se establece generalmente un límite correcto menor a los 440 milisegundos, po lo que valores superiores a estos se asocian con un mayor riesgo de graves anomalías en el ritmo cardíaco.
A la luz de las advertencias de la FDA, un equipo de investigadores del Hospital General de Massachusetts (Estados Unidos) se propuso explorar este riesgo en una población clínica grande y diversa. Mediante el uso de registros electrónicos de salud, los científicos siguieron a 38.397 pacientes adultos de un gran sistema salud de Nueva Inglaterra con ECG tras una prescripción de antidepresivos y metadona entre febrero de 1990 y agosto de 2011.
Se tuvieron en cuenta otros factores de riesgo, como edad, raza, sexo, antecedentes de depresión, ataques al corazón, presión arterial alta, problemas del ritmo cardiaco y condiciones preexistentes. La metadona se incluyó en el análisis porque también se sabe que incide en un mayor intervalo QT.
Entre los resultados, se encontró un intervalo QT pequeño pero significativamente más largo para los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina citalopram y escitalopram, así como para la metadona y el antidepresivo tricíclico amitriptilina, un efecto que se incrementó a dosis más altas, lo que sugiere una asociación entre la dosis y la respuesta.
Los autores señalan que "casi uno de cada cinco pacientes tratados con estos antidepresivos a los que se les realizó electrocardiografía tuvieron intervalos QT que se consideran anormales", aunque destacan que la importancia clínica de esto es desconocido. En contraste, se detectó un corto intervalo QT para las drogas con bupropión, incluso en dosis altas y otros antidepresivos estándar no resultaron estar asociados con un intervalo QT más largo.
A pesar de algunas limitaciones, este estudio "confirma una prolongación moderada del intervalo QT con citalopram y se identificaron antidepresivos adicionales con un riesgo observado similar", resumen los autores. Sin embargo, subrayan que mientras el intervalo QT más largo es un factor de riesgo de ritmos cardiacos anormales, estos ritmos anormales son todavía muy raros, y el aumento real de QT observado fue modesto, lo que los beneficios potenciales en el tratamiento de la depresión o ansiedad superarían con creces los riesgos para la gran mayoría de los pacientes,.
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