Las compañías farmacéuticas encubren los efectos adversos de los
medicamentos, y no cumplen con sus promesas de informar al público y
realizar la farmacovigilancia.
A mediados de 2012, la empresa
farmacéutica GlaxoSmithKline (GSK) pagó una multa de 3 mil millones de dólares
en los EE.UU. para resolver varias demandas interpuestas por las autoridades.
La compañía ocultó los efectos adversos cardiovasculares de la
rosiglitazona (Avandia) a la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA),
promovió la prescripción del antidepresivo paroxetina (Deroxat °) para niños
menores de 18 años, de manera engañosa y fuera de las indicaciones
aprobadas, promovió también el bupropion (Wellbutrin ° en los EE.UU.), fuera de
sus indicaciones aprobadas, para la pérdida de peso y para mejorar el
rendimiento sexual, entre otras condiciones.
El grupo de defensa al consumidor public citizen de
EE.UU. sostiene que las multas punitivas no son un disuasivo suficiente,
teniendo en cuenta los beneficios generados con el incumplimiento de la
legislación sanitaria. El grupo ha pedido penas de prisión para castigar
tales acciones, que son perjudiciales para la salud de los pacientes.
GSK no es la única empresa que ha cometido estas faltas: una inspección de
rutina llevada a cabo en 2012 por la Agencia Europea de Medicamentos (EMA)
reveló que la compañía farmacéutica Roche no había analizado ni informado a las
autoridades reguladoras de medicamentos sobre más de 80 000 casos de
sospecha de efectos adversos , entre ellos más de 15 000 casos de muertes
de pacientes.
Ambos escándalos demuestran una vez más hasta qué punto el discurso
proveniente de las empresas farmacéuticas sobre su papel como "socios en
la salud" está en realidad muy alejado de sus acciones.
Las empresas farmacéuticas tienen un interés innegable en minimizar o incluso
ocultar los efectos adversos de los medicamentos. Los distintos actores
como los profesionales sanitarios,las autoridades gubernamentales,
y las fuentes de financiamiento de los sistemas de salud que, por
diversas razones, desean que las compañías farmacéuticas continuen participando
en el suministro de información a los pacientes y al público, o que sienten que
las empresas tienen un papel central para desempeñar en los sistemas de
farmacovigilancia , están exponiendo a los pacientes a riesgos
inaceptables.
Fuente:CIMUN
Comentarios
Publicar un comentario