Una nueva terapia con progesterona detiene de manera rápida y segura el sangrado uterino anormal, según estudio piloto.
Las participantes tratadas con acetato de depo-medroxiprogesterona (DMPA, por su sigla en inglés), seguido de 20 mg de acetato de medroxiprogesterona (MPA) por vía oral cada ocho horas durante tres días, dejaron de sangrar a los 2,6 días del inicio del tratamiento. Las 48 participantes del estudio dejaron de sangrar en cinco días.
"Fue sorprendentemente efectivo. Vimos una reducción rápida del sangrado menstrual, dijo la doctora Anita Nelson, del Centro Médico Harbor, UCLA, en Torrance, California y coautora del estudio.
Mientras que el sangrado uterino anormal agudo es muy común, Nelson explicó que no existe una terapia aprobada por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos para su tratamiento en el corto plazo y que son muy pocos los estudios disponibles sobre la efectividad de las terapias fuera del uso oficial.
"La mayoría de las terapias que se les ofrecen a las mujeres carece de pruebas", dijo.
A las mujeres con sangrado uterino anormal agudo (suficientemente grave como para intervenir de inmediato para prevenir otro sangrado) se les realizan análisis para determinar la causa del trastorno, según Nelson y la doctora Stacy R. Ammerman.
"El desafío clínico en estas pacientes es detener el sangrado rápidamente, en general antes de contar con los resultados de esos análisis", escribe el equipo.
Este estudio es un seguimiento de otro ensayo clínico aleatorizado que el equipo del doctor Malcolm G. Munro publicó en 2006 y en el que el uso de MPA por vía oral detenía el sangrado en tres días.
"Pudimos reducirlo un poco más", apuntó Nelson. Explicó que el DMPA alcanza su nivel de acción terapéutica en tres días y se mantiene así durante tres meses.
"No es una terapia que necesariamente hay que utilizar de por vida, pero proporciona algo más de tiempo para hacer los análisis de laboratorio. Nos da el tiempo necesario para hacer todo lo que estas mujeres necesitan que hagamos", agregó Nelson.
El equipo reunió a 48 mujeres premenopáusicas. La mayoría era obesa y estaban menstruando en promedio desde hacía 30,6 días. En las últimas 24 horas habían utilizado unas 8,5 toallas femeninas.
En la mayoría de los casos, el sangrado se debía a que las mujeres estaban pasando por ciclos de anovulación por la obesidad y el síndrome de ovario poliquístico.
A 44 participantes se les habían realizado biopsias endometriales antes de ingresar al estudio: 21 tenían endometrio proliferativo; siete tenían endometrio en fase secretora; siete tenían desprendimiento endometrial; tres tenían endometritis crónica, y tres tenían fragmentos de glándulas y estroma endometrial.
El primer día del estudio, las 36 mujeres que aún sangraban dijeron que habían utilizado dos productos sanitarios durante las 24 horas previas. Las participantes dijeron que le recomendarían la terapia a una amiga.
El equipo pudo obtener información de 39 mujeres durante el seguimiento; seis de ellas volvieron a las 12 semanas debido a la aparición de manchas y/o sangrado, episodios que pudieron resolverse con otros tratamientos
Comentarios
Publicar un comentario