Los nuevos avances terapéuticos y la aparición de los primeros fármacos orales contra la esclerosis múltiple abren una "nueva era" para el tratamiento de esta enfermedad, ya que podrán beneficiar a prácticamente la mitad de estos pacientes, en los que las terapias actuales no son eficaces.
Así lo ha reconocido el neurólogo Óscar Fernández, del Instituto de Neurociencias Clínicas del Hospital Regional Universitario Carlos Haya de Málaga, durante su participación en un congreso europeo celebrado en Viena (Austria).
Los tratamientos inyectables (interferón beta y acetato de glatiramero) revolucionaron el manejo de la enfermedad modificando pero, en algunos pacientes, las inyecciones y sus efectos secundarios causan molestias e intolerancias lo que pone en peligro la adherencia.
"Un 50 por ciento de los pacientes que están tratados con inyectables los toleran muy bien y estos tratamientos son eficaces para ellos", reconoce este experto, mientras que para el resto los nuevos fármacos orales, con nuevos mecanismos de acción supondrán una opción "importante" ya que con ellos se va a poder "controlar mejor la enfermedad".
"Entramos en una nueva etapa en la que comienzan a lanzarse una serie de fármacos orales, que, sabiéndolos manejar, van a aportar mucho en el tratamiento de la enfermedad", ha especificado Fernández.
Estos nuevos fármacos han demostrado ser, al menos, "comparables a las terapias inyectables en la reducción de los brotes y en la disminución de las lesiones que nos muestra la resonancia magnética por imagen", ha añadido Giancarlo Comi, especialista del Departamento de Neurología de la Universidad San Rafael en Milán (Italia).
Hasta ahora, los fármacos disponibles reducían los brotes de manera significativa, pero no reducían tanto la progresión de la enfermedad y la discapacidad.
"Un ejemplo de las ventajas que aportarán los nuevos tratamientos orales lo tenemos con laquinimod, que reduce un 21,4 por ciento la tasa anual de brotes y reduce la progresión de la discapacidad confirmada a los seis meses en un 46 por ciento", ha señalado Comi.
Además, la inclusión de los fármacos orales en el manejo de la esclerosis múltiple supone una oportunidad para individualizar las terapias según cada paciente.
"Estamos cambiando la forma de aproximarnos a los pacientes. Hoy en día, con los biomarcadores (resonancia magnética, líquido cefalorraquídeo, clínicos, etc.) podemos tipificar a los pacientes según el grado de gravedad de la enfermedad y aplicar entonces determinados fármacos con mayor o menor nivel de eficacia y de efectos secundarios", ha puntualizado Fernández.
Fuente:europapress.com
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