Los
plaguicidas o pesticidas de uso doméstico son venenos que se utilizan para
matar plagas como cucarachas, moscas, hormigas, polillas, pulgas, pulgones y
piojos, es decir plagas que se producen al interior de nuestros hogares,
lugares de trabajo, jardín y que pueden afectar tanto a personas como a
mascotas.
Estos
productos en muchas ocasiones eliminan la plaga, pero después de un uso
continuo y excesivo éstas se vuelven resistentes a las sustancias, obligándonos
hacer más aplicaciones o a utilizar otros plaguicidas más tóxicos.
De esta
manera nos volvemos dependientes al uso de estos venenos y facilitamos el
ingreso a nuestros hogares poniendo en serio riesgo su salud, la de su familia
y la de los animales domésticos.
Los plaguicidas denominados "domésticos" que se utilizan para uso
sanitario, veterinario, en pinturas y ceras, NO están sujetos a la misma
regulación que los pesticidas de uso agrícola –muchos de ellos prohibidos o con
importantes restricciones- aún cuando los ingredientes activos de unos y otros
son los mismos
Los riesgos para la salud
Estos
productos con capacidad de matar y de producir enfermedades graves -como
cáncer- se venden sin advertencias en sus etiquetas de los efectos crónicos que
producen y se promocionan por los medios de comunicación como sustancias
inocuas e incluso, amigables con el medio ambiente.Los
plaguicidas además de matar insectos y plagas pueden causar la intoxicación de
hombres, mujeres y niños/as, también de animales.
Son
sustancias que tienen la capacidad de matar, destruir, repeler o mitigar
efectos no deseados provocados por hongos, insectos, bacterias, ácaros
nemátodos, malezas y otros.
Los
plaguicidas ingresan a nuestro organismo a través del contacto directo por la
piel, inhalándolos cuando se los utiliza o al ingerirlos con los alimentos.
Muchos de
los casos de intoxicaciones por plaguicidas domésticos suceden cuando estos
venenos se guardan conjuntamente con los alimentos o utensilios para la
preparación de éstos.
Nuestras
mascotas también son víctimas de los plaguicidas. Algunos de estos venenos son
utilizados como cebos o trampas para el control de roedores u otros insectos en
distintos lugares del hogar y el jardín y, de manera accidental, son ingeridos
por los animales, causándoles intoxicación aguda y crónica y, en muchos casos,
la muerte.
El
envenenamiento por pesticidas es una enfermedad comúnmente no diagnosticada. El
90 % de los efectos agudos son síntomas menores que se pueden tratar en el
hogar, como los dolores de cabeza, mareos, malestares. Muchas veces estos
sintomas no son relacionados directamente con el uso de estos productos
tóxicos.
Varios de
los pesticidas de uso doméstico tienen efectos crónicos y están clasificados como
cancerígenos, mutagénicos y teratogénicos.
Según datos
del Centro de Información Toxicológica de la Universidad Católica de Chile (CITUC), del
total de los –aproximadamente- 20 mil casos atendidos por el organismo, 997
casos correspondieron a intoxicaciones por plaguicidas agrícolas y 925 casos a
intoxicaciones por plaguicidas domésticos, principalmente raticidas. El informe
señala que el 81% de las llamadas provinieron de residencias y que el 64% de
los casos de intoxicación correspondieron a menores de 14 años.
Alternativas
sanas y ecológicas, existen. En caso de que decida usar plaguicidas, tenga las
siguientes precauciones:
Recuerde no
adquirir productos en cuya fórmula se incluyan sustancias tóxicas como DDT,
parathion, aldrín y aldicarb, dicofol, diazinon, captan, dimetoato, entre
otros; el uso de muchas de estas sustancias están prohibidas en el área
agrícola por ser muy tóxicas para el ser humano.
No adquiera
productos de dudosa procedencia o que se expenden ambulatoriamente, estos
generalmente no presentan indicaciones y precauciones para su uso, además
pueden ser adulterados. Denuncie la venta de estos productos que ponen en
riesgo nuestra salud.
Lea
atentamente las etiquetas de los plaguicidas y siga las instrucciones de uso y
precauciones en su manejo. No adquiera aquellos que no entregan claramente el
grado de toxicidad e instrucciones para el uso al interior de los hogares.
Recuerde, esta tratando con venenos.
¡CIUDADO!, la etiqueta sólo clasifica
los efectos agudos, es decir, un plaguicida definido como moderada o
ligeramente tóxico tiene riesgos crónicos tales como efectos cancerigenos,
teratogénicos y/o mutagénicos.
Al aplicar
plaguicidas en su hogar, tape recipientes que tengan alimentos; no lo use en
presencia de niños/as, animales domésticos y de fuego -en caso de aerosoles-.
Luego de la aplicación debe salir del lugar o ventilarlo.
Cuando
aplique un plaguicida debe evitar el contacto directo o la inhalación, ya que
las formas de ingreso de estos productos al organismo es por las vías
respiratorias, por la piel y la boca. Después de su aplicación debe lavar las
manos con abundante agua.
Almacenelos
en un lugar seguro, es decir, fuera del alcance de los/as niños/as y los
animales domésticos y en un lugar distinto al de los alimentos. No reenvasar los
plaguicidas en recipientes como botellas, paquetes de alimentos y otros, así
evitará su ingestión accidental.
En el caso
de intoxicaciones o exposiciones prolongadas, donde se presenten síntomas como
mareos, dolor de cabeza y vómitos, se debe alejar a las personas del área,
trasladar a los/las afectados/as a un centro de atención médica y mostrar al
médico la etiqueta del plaguicida empleado para que pueda aplicar el
tratamiento adecuado.
¿Que puede
hacer para evitar estos riesgos en su hogar ?
Lo recomendable
es NO USAR PLAGUICIDAS DOMÉSTICOS. Recuerde que las plagas aparecen cuando hay
residuos de alimentos y cuando existen lugares apropiados donde esconderse,
reproducirse y alimentarse. Puede sustituir el uso de plaguicidas químicos por
métodos alternativos para el control de plagas como trampas pegantes,
ratoneras, métodos físicos y/o naturales, que armonicen con el ambiente y que
no representen riesgos para la salud humana.
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