¿Cuándo se debe notificar RAMS?

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  Para el caso de profesionales de salud e instituciones prestadoras de servicios de salud pública y privada Para las reacciones adversas “no serias” se debe notificar en un máximo de 10 días hábiles a partir de la fecha en que se identificó el evento adverso. Para las reacciones adversas serias (graves) o amenaza de vida, inesperados, medicamentos de reciente comercialización y medicamentos de reciente incorporación a los listados institucionales se debe notificar en un máximo de 72 horas a partir de la fecha en que se identificó el evento adverso. Para los casos de “muerte” (incluye aquellos por causas no especificadas), se debe notificar en un máximo de 24 horas a partir de la fecha en que se identificó el evento adverso.  

El uso materno de metadona aumenta riesgo de trastornos visuales en los bebés

Un equipo de Escocia asegura que los neonatos que estuvieron expuestos al uso materno de metadona en dosis de mantenimiento tienen alto riesgo de padecer trastornos visuales.
En British Journal of Ophthalmology, el equipo de la doctora Laura McGlone, del Hospital Real para Niños Enfermos, Glasgow, estudió a 81 bebés expuestos a la metadona y 27 bebés libres de esa exposición.
El 90 por ciento del primer grupo también había estado expuesto al consumo materno de drogas y un 41 por ciento había estado expuesto al consumo excesivo de alcohol. Dos de 18 bebés evaluados del grupo control habían estado expuestos al cannabis.
A todos se les realizó una batería de tests, incluida la evaluación de los potenciales evocados visuales (PEV) a las 27 semanas de vida.
El 40 por ciento de los bebés expuestos al fármaco (32) no pasaron las pruebas, a diferencia de dos bebés en el grupo control. Otro 11 por ciento de los bebés expuestos (9) reunían los criterios clínicos para evaluar la visión límite.
Las anormalidades más comunes eran el estrabismo (25 por ciento), la agudeza visual reducida (22 por ciento) y el nistagmo (11 por ciento). El riesgo relativo ajustado de una evaluación anormal en el grupo expuesto al fármaco era de 5,1.
En general, el 70 por ciento de los bebés de ese grupo tenía por lo menos un parámetro anormal de PEV y las latencias pico de los PEV eran más prolongadas y las amplitudes eran más bajas que en el grupo control.
Para el equipo, parecería "que las anormalidades de los PEV no serían una consecuencia directa de la agudeza visual disminuida y que la exposición uterina al fármaco habría alterado las vías visuales y/o las fuentes cerebrales de los PEV".
Con este efecto causal de la exposición uterina, "más del 80 por ciento de las anormalidades visuales clínicas podrían evitarse si los bebés no sufrieran de esa exposición prenatal".
El equipo agrega que la terapia de mantenimiento de la adicción a la heroína con buprenorfina en lugar de metadona no influiría tanto en el desarrollo neural del feto y debería investigarse.
En tanto, "a todos los recién nacidos de mujeres adictas se les debería realizar la evaluación visual temprana".
El oftalmólogo Andrew Rabinowitz opinó que el estudio "revela datos que sugieren que el uso de metadona en el embarazo elevaría el riesgo de alteraciones visuales en los recién nacidos que duran hasta por lo menos seis meses".

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