En pleno debate acerca de las implicaciones de la microbiota intestinal en el desarrollo de múltiples patologías, la esofagitis eosinofílica —una patología de reciente aparición, ya que se caracterizó hace solo 20 años, y cuyo origen se sospecha asociado a medios excesivamente estériles— ha sido uno de los temas protagonistas de la 11º Reunión de Controversias y Novedades en Alergias (CYNA).
Identificada en sus comienzos con el reflujo gastroesofágico, la detección de eosinófilos en las biopsias de estos pacientes acabaron definiendo esta enfermedad inflamatoria del esófago como una entidad separada. Provocada en la mayoría de los casos por la ingesta de leche, huevos o trigo, estudios recientes sugieren un papel muy limitado de la inmunoglobulina E (IgE) —mediadora de la mayoría de las alergias— y "un papel más relevante de la IgG4 tisular", explica Alfredo Lucendo, responsable de Digestivo del Hospital de Tomelloso.
En cuanto al tratamiento farmacológico, los corticoides son muy eficaces, pero tienen un problema: la enfermedad recurre si se suspende el tratamiento. Además, no existe una terapia específica y, por el momento, se utilizan los inhaladores para el asma y los corticoides líquidos en rinitis alérgica, aunque por vía oral en los casos de esofagitis. De ahí que la investigación esté actualmente dirigida a la búsiqueda de "nuevas formulaciones que permitan dejar un corticoide tópico en el esófago, un órgano generalmente de paso", apunta Lucendo. En cuanto a anticuerpos monoclonales, existen ensayos en fase II con anticuerpos que bloquean la interleucina-13.
Otro de los temas que continúan generando controversia es la anafilaxia, área en la que existen todavía muchos asuntos pendientes como, por ejemplo, la no existencia de un protocolo armonizado de actuación en el manejo de estos episodios, que consisten básicamente en la administración de adrenalina , "
hay países de la UE en los que la administración de adrenalina no llega a más del 20 por ciento de los pacientes", señala Montserrat Fernández, responsable de la Unidad de Alergias del Clínico de Madrid—. Además del tratamiento, la realización de ensayos clínicos también presenta problemas, ya que no es posible prever un episodio de estas características ni es ético "randomizar pacientes en riesgo vital", apunta Antonella Muraro, la próxima presidenta de la Academia Americana de Alergia e Inmunología Clínica (EAACI). El reto ahora, enfatiza, es "diseminar e implementar las Guías Europeas sobre anafilaxia" presentadas el pasado mes de junio en el Congreso de la EAACI y que, para ella, es "la parte más dura del proceso".
En investigación, Fernández destaca la búsqueda de biomarcadores capaces de predecir qué pacientes están en riesgo de sufrir un episodio de anafilaxia y el estudio de una nueva vía de administración sublingual de la adrenalina, una línea con la que de momento no se han obtenido buenos resultados.
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