Automedicación y Uso Indiscriminado de Antibióticos en Centroamérica.

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  ¿Qué es la automedicación? La automedicación es el consumo de medicamentos sin la orientación de un profesional de salud. En el caso de los antibióticos, este problema es aún más preocupante, ya que su mal uso puede generar resistencia bacteriana y hacer que las infecciones sean más difíciles de tratar. Causas de la Automedicación en la Región Acceso sin receta: En muchos países de Centroamérica, los antibióticos pueden adquirirse sin receta médica, facilitando su uso inadecuado. Falta de educación sanitaria: La población no siempre conoce los riesgos de consumir antibióticos sin indicación médica. Costos de atención médica: Las consultas médicas pueden ser costosas o difíciles de conseguir, lo que lleva a las personas a recurrir a la automedicación. Recomendaciones de familiares o conocidos: Es común que las personas tomen antibióticos porque alguien cercano los usó para un síntoma similar. Consecuencias del Uso Indiscriminado de Antibióticos Resistencia antimicro...

Uno de cada 3 pacientes polimedicados toma protectores gástricos pese a no necesitarlos.

El informe anual de la Agencia de Calidad y Evaluación Sanitarias de Cataluña alerta de que el consumo de estos fármacos ha ido en aumento en los últimos años, sobre todo entre el colectivo de pacientes crónicos.
Uno de casa 3 pacientes polimedicados toma protectores gástricos pese a que no los necesitan porque ninguno de los múltiples fármacos que consumen para sus patologías requiere una protección estomacal extraordinaria.

Éste es uno de los principales resultados de la 'Central de resultados', que desde hace 4 años elabora la Agencia de Calidad y Evaluación Sanitarias (Aquas) de Cataluña para analizar los principales indicadores de hospitales y centros del sistema sanitario integral de utilización pública de Cataluña (Siscat), y que fue presentado el viernes por el consejero de Sanidad, Boi Ruiz.

El abuso de los protectores estomacales ha ido en aumento en los últimos años, especialmente entre el colectivo de pacientes crónicos: en 2009 había un 22% de usuarios que los tomaban pese a no necesitarlos, 8 puntos menos que actualmente.

Esta sobremedicación detectada supone un coste de 9 millones de euros al año para el sistema sanitario catalán, por lo que acabar con este fenómeno "permitiría dedicar una cuantiosa partida a otras cosas más útiles para los pacientes".
Más riesgo de caídas

Además, los protectores estomacales incrementan el riesgo de caídas en ancianos -debilitan el calcio de los huesos-. De hecho, la Central de resultados incluye un informe monográfico sobre las fracturas de fémur en mayores de 65 años catalanes, que analiza la supervivencia desde el momento del accidente hasta su muerte: la mortalidad en el mismo hospital es del 5% y hasta un 24% fallecen antes de un año.

En 2013 hubo 8.172 ancianos que sufrieron una fractura de fémur, con una tasa de 5,93 por cada mil habitantes y principalmente mujeres de entre 85 y 89 años; la estada media en los hospitales de los afectados es de 11,1 días.

La gran mayoría de los ancianos consumía múltiples fármacos antes del accidente, con un gasto medio de 4.076 euros al año, pero en el momento de la fractura la cifra se disparó hasta los 10.797 euros: "Si se reduce la polimedicación injustificada --especialmente protectores de estómago y sedantes--, habría menos fracturas y menos gasto".
Mortalidad a 30 días

La Central de Resultados también arroja datos sobre la mortalidad a los 30 días del alta hospitalaria, que sigue una tendencia a la baja desde 2011: actualmente fallecen un mes después de abandonar el hospital una media del 11,2% de los pacientes ingresados por infarto, ictus y fractura de fémur.

Otro de los datos positivos registrado en los centros catalanes es la reducción de las tasas de infecciones contraídas por los pacientes en los hospitales --conocidas como nosocomiales-- se han reducido "significativamente" desde 2009, con una media actual de 0,17 casos por cada 1.000 ingresos.

Sobre todo, se han reducido las infecciones adquiridas a través del catéter venoso central, lo que ha permitido ahorrar diez millones de euros, "que se han podido destinar a la mejora del servicio y a otras cosas".
Salud mental

El análisis de los registros de los Centros de Salud Mental Infantojuveniles (CSMIJ) revela que en 2014 se atendieron a 62.634 catalanes, un 27,6% más que hace seis años, aunque "no puede atribuirse a la crisis, sino que se debe a una mejor detección".

El 11,7% de los atendidos sufría un trastorno mental grave -el 53% más que en 2009-, 25.136 fueron nuevos casos, casi la mitad--, el 22,7% sufría trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) u el 8,4%, autismo.

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