¿Cuándo se debe notificar RAMS?

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  Para el caso de profesionales de salud e instituciones prestadoras de servicios de salud pública y privada Para las reacciones adversas “no serias” se debe notificar en un máximo de 10 días hábiles a partir de la fecha en que se identificó el evento adverso. Para las reacciones adversas serias (graves) o amenaza de vida, inesperados, medicamentos de reciente comercialización y medicamentos de reciente incorporación a los listados institucionales se debe notificar en un máximo de 72 horas a partir de la fecha en que se identificó el evento adverso. Para los casos de “muerte” (incluye aquellos por causas no especificadas), se debe notificar en un máximo de 24 horas a partir de la fecha en que se identificó el evento adverso.  

¿DE QUE SE TRATA LA ENFERMEDAD DE HANSEN O LEPRA?

La enfermedad de Hansen, más conocida como lepra, es una infección granulomatosa crónica, producida por el bacilo Mycobacterium leprae, que compromete, primariamente, la piel y los nervios periféricos

Los primeros casos de lepra se describieron en el año 600 AC en la India, pero sólo se conoce la causa desde 1873, cuando el noruego Gerhard Hansen identificó al 
M. leprae como agente etiológico.
Se multiplica muy despacio y el periodo promedio de incubación de la enfermedad es de cinco años. En algunos casos los síntomas pueden aparecer en 1 año, pero también pueden tardar hasta 20 años.
La enfermedad afecta principalmente a la piel, los nervios periféricos, la mucosa de las vías respiratorias superiores y los ojos.
Si no se trata, la lepra puede causar lesiones progresivas y permanentes en la piel, los nervios, las extremidades y los ojos. La lepra es una enfermedad curable. Si se trata en las primeras fases, se puede evitar la discapacidad.

Breve historia de la enfermedad y su tratamiento
La lepra es una enfermedad antigua, descrita ya en la literatura de las civilizaciones de la antigüedad. 
El primer avance importante se realizó en la década de 1940 con el desarrollo de la dapsona.  En la década de 1960, M. leprae empezó a presentar resistencia a la dapsona, el único medicamento antileproso conocido por entonces.Se basa ademas en la aplicación de quimioterapia antimicrobiana y en la colaboración de expertos en oftalmología, ortopedia y fisioterapia.

El fármaco clave en esta enfermedad es la dapsona, antagonista del ácido fólico. En adultos se emplea a dosis de 50-100 mg/día, en una sola dosis, y en niños se emplea a 1-2 mg/kg de peso y día, hasta 100 mg al día. Es un fármaco inocuo en el embarazo y muy barato. Sus efectos secundarios son raros y consisten en la aparición de hemólisis, hepatitis y dermatitis exfoliativa, potencialmente mortal. 
 A principios de esa década se descubrieron la rifampicina y la clofazimina, que posteriormente se añadieron al régimen terapéutico que más tarde se denominó tratamiento multimedicamentoso (TMM).

En 1981, un grupo de estudio de la Organización Mundial de la Salud recomendó el TMM, que consiste en la administración de 2 o 3 fármacos: dapsona y rifampicina para todos los pacientes, a los que se añade clofazimina en caso de enfermedad multibacilar. Esta última combinación elimina el patógeno y cura al paciente.Desde 1995, la OMS proporciona TMM gratuito a todos los enfermos del mundo con lepra. Inicialmente, el TMM fue financiado por la Fundación Nippon, y desde 2000 mediante un acuerdo de donación con Novartis, que recientemente se ha comprometido a ampliar la donación hasta 2020.
La eliminación de la lepra como problema de salud pública (definida como una prevalencia registrada de menos de 1 caso por 10 000 habitantes) se logró en todo el mundo en 2000. A lo largo de los últimos 20 años se han tratado con TMM más de 16 millones de pacientes con lepra.

Respuesta de la OMS
En 2016 la OMS presentó su Estrategia mundial para la lepra 2016–2020: acelerar la acción hacia un mundo sin lepra, destinada a reforzar los esfuerzos por controlar la enfermedad. La estrategia se centra en evitar las discapacidades, especialmente entre los niños.


En agosto de 2016 la OMS publicó un Manual operativo para facilitar la adaptación y aplicación de la Estrategia mundial contra la lepra 2016-2020, cuyo objetivo es proporcionar a los gestores de los programas nacionales de lepra (o de entidades equivalentes) orientaciones sobre la adaptación y aplicación de la mencionada estrategia, dependiendo de la carga epidemiológica existente en sus países.
Estrategia mundial para la lepra 2016–2020:Acelerar la acción hacia un mundo sin lepra.
La Estrategia Mundial contra la Lepra 2016-2020 se estructura en torno a los tres pilares básicos siguientes:
Pilar I: Reforzar la implicación de los gobiernos, la coordinación y las alianzas
Intervenciones fundamentales:
Asegurar el compromiso político y recursos suficientes para los programas de lucha contra la lepra.
Pilar II: Detener la lepra y sus complicaciones
Mejorar los conocimientos sobre la lepra entre los pacientes y las comunidades.
Pilar III: Acabar con la discriminación y fomentar la inclusión
Fomentar la inclusión en la sociedad y luchar contra todas las formas de discriminación y estigmatización.
Empoderar a los afectados por la enfermedad y reforzar su capacidad para participar activamente en los servicios de atención a la lepra.
Este Programa Mundial está asumiendo el liderazgo de la expansión de la red de vigilancia de la farmacorresistencia de la lepra, definida por la Estrategia Mundial contra la Lepra como una intervención fundamental.





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