Es la prescripción de la medicación adecuada en las dosis correspondientes a cada necesidad, durante el tiempo necesario, y al menor coste posible para el paciente y para la comunidad.
Pero debemos de considerar que esta prescripción es solo un eslabón dentro de la cadena del medicamento. Los eslabones fundamentales de esta cadena son: en primer lugar, el propio usuario, encargado de cuidar su cuerpo y preocuparse de ir al médico cuando no se encuentre bien; el siguiente eslabón es el médico, esencial en el proceso curativo, puesto que diagnostica la enfermedad y prescribe (o receta) los medicamentos necesarios para el paciente; otro eslabón de la cadena seria la enfermera responsable de la educación y del seguimiento de los pacientes, el siguiente eslabón es el farmacéutico, que elabora (en algunos casos) y dispensa los medicamentos y, por último, el paciente que debe de hacer un uso racional de los medicamentos prescritos.
Si el paciente no se cuida, si no cumple las indicaciones de su médico y/o farmacéutico, ha de pensar que nadie puede hacerlo por él.
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