En las personas de mediana edad y los adultos mayores, la corta duración del sueño ejerce su propia influencia negativa en el desarrollo de accidentes cerebrovasculares. Dormir poco promueve otros factores de riesgo, aún entre personas sanas.
Dormir menos de seis horas por día regularmente aumenta fuertemente el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular o ACV entre las personas de mediana edad y los adultos mayores.
″El sueño y las conductas relacionadas el sueño se pueden modificar a través de terapias psicológicas o fármacos. Los resultados de nuestra investigación constituyen una base para usar en tratamientos para el sueño que prevengan el desarrollo de accidentes cerebrovasculares″, afirma Megan Ruiter, especialista en medicina del sueño de la Universidad de Alabama, Birmingham (Estados Unidos).
Ruiter se dedicó a analizar a 5.666 hombres y mujeres de más de 45 años que nunca habían sufrido un accidente cerebroascular o apnea del sueño y que tampoco habían mostrado tener síntomas de esas enfermedades. Y notó que aquellas personas que solían dormir menos de seis horas tenían un peligro muy elevado de padecer un ACV. Esta falta de descanso fue incluso un factor de riesgo mucho más fuerte que otros aspectos de la salud.
″En las personas de mediana edad y los adultos mayores, la corta duración del sueño ejerce su propia influencia negativa en el desarrollo de accidentes cerebrovasculares. Creemos que las escasas horas de descanso promueven otros factores de riesgo, o que estos factores de riesgo se vuelven mucho más fuertes cuando no se dedica suficiente tiempo a dormir″, explica Ruiter.
Los investigadores creen que es importante aumentar la conciencia de los médicos y del público en general en torno al impacto que tiene la falta de sueño en el riesgo de desarrollar un ACV, especialmente en el caso de las personas que tienen pocos o ningún factor de riesgo tradicional.
Comentarios
Publicar un comentario