Una investigación reciente confirma que fumar, la diabetes, la hipertensión y unos niveles altos de colesterol pueden aumentar el riesgo de los hombres de mala circulación en las piernas, lo que también se conoce como enfermedad arterial periférica (EAP).
Según la American Heart Association, la EAP tiene que ver con un estrechamiento de las arterias periféricas (las que se hallan fuera del corazón), sobre todo de los vasos sanguíneos de la pelvis o de las piernas. Las personas con EAP están en mayor riesgo de ataque cardiaco, accidente cerebrovascular (ACV) o mini ACV. Se cree que la dolencia afecta a entre ocho y diez millones de personas en EE. UU.
El nuevo estudio incluyó a casi 45,000 hombres estadounidenses a quienes se dio seguimiento durante más de dos décadas. En ese periodo, se diagnosticaron 537 casos de EAP. Cada uno de los cuatro factores de riesgo (fumar, diabetes, hipertensión y niveles altos de colesterol) se asoció de forma significativa e independiente con un mayor riesgo de EAP.
El 96 por ciento de los hombres que desarrollaron EAP presentaban al menos uno de los cuatro factores de riesgo cuando fueron diagnosticados con la enfermedad arterial, anotó un equipo liderado por Michel Joosten, del Centro Médico Beth Israel Deaconess y de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard, en Boston.
Los investigadores también hallaron que los hombres que no presentaban ninguno de los cuatro factores de riesgo tenían un 77 por ciento menos de probabilidades de desarrollar EAP que los demás hombres del estudio.
El riesgo de EAP tendía a aumentar mientras más tiempo un hombre sufría de diabetes tipo 2 y niveles elevados de colesterol, añadieron los investigadores.
Dos expertos se alegraron ante los hallazgos del estudio.
"Este importante estudio es coherente con los hallazgos de estudios anteriores", anotó el Dr. Kenneth Ong, presidente en funciones del departamento de medicina y cardiología del Centro Hospitalario de Brooklyn, en la ciudad de Nueva York. "Se hizo bien debido a su gran población y largo seguimiento".
La Dra. Maja Zaric, cardióloga intervencionista del Hospital Lenox Hill en la ciudad de Nueva York, quien trata a muchos pacientes de EAP, también anotó que los factores de riesgo asociados con la enfermedad arterial además se vinculan normalmente con la enfermedad cardiaca, pero que su relación con la EAP parece ser incluso más firme.
Esto fue particularmente obvio con fumar, señaló Zaric. "De hecho, uno de los hallazgos del estudio reporta efectos remotos de fumar sobre la incidencia de EAP incluso 20 años después de abandonar el hábito de tabaquismo", apuntó. "Esto no debe disuadir a los fumadores de la abstinencia, dado que el riesgo de EAP entre los fumadores actuales parece ser tres veces mayor que entre los ex fumadores".
Zaric añadió que "ahora que se han identificado los factores de riesgo importantes de la EAP, se deben llevar a cabo estudios adicionales con puntos finales clínicos específicos para examinar los efectos de la modificación de los factores de riesgo y del estilo de vida. Y no hay que olvidar que las mujeres deben ser estudiadas de forma similar, dado que se ha mostrado que la presencia de EAP en pacientes de sexo femenino ha sido poco reconocida".
El estudio aparece en la edición del 24 al 31 de octubre de la revista Journal of the American Medical Association.
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