De enero a la fecha el
Ministerio de Salud (Minsal) notificó 1,410 infectados. Uno de cada cinco
nuevos casos son amas de casa; se considera el sector más afectado. El virus
les llega a domicilio.
La educación sexual, lograr que más hombres se hagan la prueba del VIH y
sostener la respuesta a la epidemia en el tiempo son parte de los retos que
tiene el país. Isabel Nieto, jefa del programa, asegura que los fondos para el
tratamiento están garantizados; las limitantes están en el tema de la
prevención.
¿Cómo catalogan la situación de la epidemia?
Es una epidemia concentrada. Los casos son bastante bajos, la tasa nacional
anda por 27 personas por cada 100 mil habitantes y los que tienen más riesgo de
adquirir el virus son los hombres que tienen sexo con hombres, las transgénero
y las trabajadoras sexuales, por eso se llama epidemia concentrada. Sin
embargo, a nivel nacional, el mayor número de casos se da por transmisión
sexual. El mayor número de infectados son heterosexuales.
Hay una reducción de 200 casos en el último año, pero se siguen infectando
cuatro personas al día...
Eso ha bajado. Tres años atrás todavía andábamos entre los cinco y seis
casos nuevos diarios; ahora estamos por los cuatro casos nuevos al día.
Que se infecten cuatro personas al día ¿sigue siendo preocupante?
Siempre es preocupante. Da satisfacción ver que van disminuyendo los
números, pero eso no nos puede hacer que nos sintamos satisfechos. Si nos
quedamos '¡ah, ya va disminuyendo!' y no hacemos nada, no invertimos nada, lo
que puede suceder es que se nos dispare el número de casos y que la población
esté más expuesta y después no vamos a poder controlarlo. Por ahora la
respuesta es sostenible.
¿Qué sectores son los más afectados?
El 21 por ciento de los casos nuevos es ama de casa. Hay un sector
importante que en sus datos reporta que son desempleados, pero hay igual número
de personas ubicadas en el sector laboral.
¿Por qué es el grupo más afectado?
Seguramente el VIH les llegó a domicilio y les llegó a domicilio porque su
esposo o pareja ha tenido relaciones con otras personas que estaban infectadas.
Esa percepción del riesgo es la que no tiene nuestra población o los que lo
tienen son muy pocos. Eso es lo que deberíamos aumentar, que la gente entienda
que todos estamos expuestos. Los hombres principalmente por su machismo no
quieren usar las medidas preventivas. Lo ideal es que sean fieles, pero si no
pueden entonces que usen correctamente el condón.
¿Cuál es el principal obstáculo que deben saltar para reducir el número de
infecciones?
El tema de educación sexual, sobre todo con los adolescentes; los niños
deberían conocer desde muy temprana edad, poco a poco, y de acuerdo a su nivel
educativo cómo vivir su sexualidad con responsabilidad. También sensibilizar a
otros actores, además de Salud y Educación, a que contribuyan a la respuesta
nacional. Necesitamos que a las personas diagnosticadas se les ofrezca la
oportunidad de tener un trabajo digno.
¿La población se está acercando a los centros de salud para hacerse la
prueba de VIH?
El porcentaje es aceptable y hemos ido aumentando año con año, pero
quisiéramos que más hombres tomaran conciencia de la importancia de conocer su
diagnóstico. Este año más de 300 mil personas se han hecho el examen.
Con la disponibilidad de fondos para sostener la respuesta a la epidemia,
¿cómo están?
El ministerio tiene
contemplado casi el 80 % de los medicamentos antirretrovirales y una buena
parte para los reactivos. Todavía tenemos ayuda del Fondo Mundial para la
compra de reactivos y de algunos fármacos para infecciones oportunistas.
Digamos que en la parte de tratamiento el compromiso del Estado se está
cumpliendo, pero tenemos limitaciones en el tema de la prevención porque la
mayor parte del financiamiento es de la cooperación, y la cooperación va
disminuyendo poco a poco.
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