Combinar la quimioterapia
convencional con el fármaco supresor hormonal goserelina (Zoladex) ayuda a preservar
la fertilidad en las mujeres con
cáncer de mama con receptores de hormonas negativo en estadio inicial indica
una nueva investigación.
Los resultados del Estudio de
Prevención de la Menopausia Precoz (POEMS, por su nombre en inglés) se
presentaron esta semana en la reunión anual de la Sociedad Estadounidense de
Oncología Clínica (ASCO) en Chicago.
El estudio demuestra que las mujeres
tratadas con goserelina y quimioterapia eran un 64 por ciento menos propensas a
desarrollar falla ovárica precoz que las mujeres tratadas sólo con
quimioterapia. Además, eran más propensas a lograr embarazos con buenos
resultados.
Asimismo, las usuarias de goserelina
eran un 50 por ciento más proclives a seguir con vida a los cuatro años de la
quimioterapia que aquellas tratas sólo con quimioterapia, aunque, para los
autores, este resultado exige más estudio.
La falla ovárica es un efecto adverso
común de la quimioterapia.
"Preservar la fertilidad es una
preocupación frecuente e importante entre las mujeres jóvenes a las que se les
diagnostica un cáncer y estos resultados ofrecen una nueva opción simple para
las pacientes con cáncer mamario y, quizás, otros cánceres", dijo durante
una conferencia la autora principal, doctora Halle Moore, médica de la Clínica
Cleveland.
"La goserelina no sólo es altamente
segura, sino también, efectiva porque eleva las posibilidades de embarazo y de
tener un bebé saludable después de una quimioterapia", aseguró.
El doctor Clifford Hudis, presidente
de ASCO y jefe de Medicina de Cáncer Mamario del Centro Oncológico Memorial
Sloan-Kettering, en Nueva York, consideró que este estudio se ocupa de
"uno de los temores y las preocupaciones fundamentales de la población
joven con cáncer: '¿Podré tener hijos? ¿Puedo preservar la fertilidad?'".
"Durante años no contamos con buenas
respuestas basadas en la evidencia", agregó.
Lo "excitante" del estudio,
según dijo, es que "hubo casi el doble de embarazos" en el grupo
tratado con goserelina que en el grupo de control.
"Eso es bastante tranquilizador (...)
y seguramente tendremos repercusiones más allá del cáncer de mama. Toda joven
que recibirá quimioterapia por un cáncer curable tendría que pensar en la
posibilidad de recurrir a la supresión de la función ovárica para intentar
preservar la fertilidad", dijo Hudis.
Al azar, el equipo de Moore le indicó
a 257 mujeres premenopáusicas con cáncer mamario con receptores hormonales
negativos de estadio I-IIIA utilizar quimioterapia con ciclofosfamida sola o
combinada con goserelina (inyecciones mensuales desde la semana previa a la
primera dosis de quimioterapia).
A los dos años del tratamiento, la
falla ovárica fue menor con que sin el uso de goserelina (8 versus 22 por
ciento).
No hubo una diferencia
estadísticamente significativa entre los grupos en cuanto a la cantidad de
mujeres que intentaron concebir. Aun así, 22 mujeres tratadas con goserelina
(el 21 por ciento) y 12 mujeres tratadas sin ese fármaco (el 11 por ciento)
quedaron embarazadas.
Pero los autores advierten que se
necesitan más estudios para comprender el papel de la goserelina en el
tratamiento del cáncer mamario con receptores hormonales negativos.
"Preservar la fertilidad es un factor
importante de la calidad de la atención de las sobrevivientes
oncológicas", dijo a través de un comunicado de ASCO a la doctora Patricia
Ganz, del Centro Integral de Oncología Jonsson de la University of California,
en Los Angeles, que no participó del estudio. Los Institutos Nacionales de
Salud de Estados Unidos financiaron el estudio.
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