La Organización Mundial de la Salud establece que 350 millones de personas se ven afectadas por este padecimiento, que causa un millón de muertes anuales, pues en el peor de los casos puede llevar al suicidio.
La enfermedad como tal está subdiagnosticada y muchas personas que tienen dolores somáticos (dolores de cabeza, cuerpo, cansancio, sensación de agotamiento y problemas para dormir, por ejemplo) en realidad presentan depresión.
El padecimiento está compuesto por un conjunto de síntomas, pero son muchas las personas que no llegan a desarrollar el problema de la depresión como los libros la definen.
Especialistas explican que a las personas que tienen dolor de cabeza y que no pueden dormir se les da tratamiento para esos problemas. Sin embargo, no mejoran y siguen con los síntomas. Al profundizar más en el problema, se descubre que existen otros componentes que giran alrededor de este y se identifica que los pacientes presentan ánimo triste, sentimientos de minusvalía; también sienten soledad, vacío, tristeza, y han perdido la capacidad de disfrutar de las cosas de la vida. Además, las funciones que son vitales están disminuidas, como el apetito, hay alteraciones del sueño, se despiertan y no pueden volver a dormir. Cuando los síntomas empeoran y son causa de alerta, es cuando el paciente manifiesta que siente desesperanza, tiene pensamientos de muerte y suicidas.
Según las etapas de la enfermedad, esta se clasifica en leve, moderada y grave. La depresión de larga duración e intensidad moderada a grave es la más peligrosa, porque puede causar gran sufrimiento y alterar las actividades laborales, escolares o familiares. Es allí donde esta puede llevar al suicidio. La OMS establece que este padecimiento es la causa de aproximadamente un millón de muertes anuales. Se calcula que afecta a unos 350 millones de personas en todo el mundo.
Algunas causas
Entre las causas de la depresión están los factores ambientales relacionados con los factores personales. Muchas personas se deprimen por cambios importantes en sus vidas, como la pérdida del trabajo, las deudas y el desempleo. El consumo de alcohol y sustancias adictivas como las drogas es otra de las causas.
También están la violencia intrafamiliar, el bullying, amenazas de muerte, la pérdida de un ser querido, el divorcio o la separación de la pareja. “Esto es muy importante a la hora de revisar el problema y puede variar según la etapa de vida en la que se encuentra quien padece de la enfermedad, ya sea en la niñez, adolescencia y adultez”, comentó el psiquiatra.
Para contrarrestar la enfermedad se debe aplicar un tratamiento integral, el cual consiste en ayuda individualizada. Se debe asistir a terapias psicológicas, acompañado de apoyo terapéutico con el psiquiatra. También se recetan psicofármacos y antidepresivos. Asimismo, la terapia ocupacional es muy útil para estos casos, ya que ayuda a que la persona se sienta importante, que puede aportar, ya sea al realizar actividades varias dentro del hogar o fuera de este, lo cual favorece a la socialización y a que la persona se mantenga alejada de pensamientos negativos. “La depresión tiene tratamiento y si alguien la padece, puede recuperarse y salir adelante. Lo más importante es que no hay que descalificar o minimizar la posibilidad de suicidio”, concluyen especialistas.
Fuente:laprensagrafica.com
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